Éramos inconscientes, éramos extrovertidos, éramos más jóvenes… En aquellos años acababan de abrir un cine en una plaza comercial cercana a la prepa, ahorrábamos nuestros pesos, íbamos al supermercado y comprábamos un bote de helado que escondíamos en la mochila, y una bolsa de cacahuates o un paquete de chocolates. Estábamos listos para la función.
Hoy lo recordé perfectamente cuando mis ojos se toparon con la portada del disco: Moulin Rouge!… Ésa fue una de las primeras películas que nos aventamos en el Cinemark de Plaza Oriente. Y los ojitos me brillaron cuando entró a cuadro un Ewan MacGregor que, habrán de disculpar lo superfluo del cometario, era mucho más atractivo que en su papel de Mark Renton.
Un musical impresionante… como uno de esos sueños cursis hechos realidad. La atmósfera de fantasía con sus azules profundos y, por supuesto, con su rojo: rojas las bocas de las bailarinas, rojos sus vestidos, rojo el cabaret… Christian y Satine enamorados bajo la luna y las estrellas… La gente del cine impresionada… Nicole Kidman en un papel clásico, pero muy bien logrado.
Y no lo pude evitar, compré el disco. Llegué a casa, encendí el reproductor… fue casi en automático: Your song, la canción más significativa del soundtrack. Como aquella vez en el cine, los primeros acordes me estremecieron… como cuando tenía 16 años. La voz de Ewan McGregor acompañada por la London Orchestra me hizo recordar que hace casi ya 10 años yo soñaba con un escritor que me regalara versos.
Sir Elton John compuso la canción, pero el Moulin Rouge se la apropió… muchos de nuestra generación la escuchamos por primera vez: “And you can tell everybody this is your song…”. Entra Ewan, luego un piano… desde abajo los violines… irrumpe, bien plantada, la voz de Alessandro Safina. Es increíble cómo la música trae tantos recuerdos, quizás cuando más se necesitan.
David Bowie en primerísimo lugar. Fat Boy Slim hechos unos locos con Because we can… Al soundtrack sólo le reprocho la ausencia de los covers de Like a virgin y de The show must go on. Roxane hecha tango… ¡qué decir! Lady mermelade: toda película necesita un éxito comercial… Come what may, el himno romántico, el dueto… la reafirmación del amor que lo puede todo.
Volver a ver Moulin Rouge!… con los amigos y un bote de helado… como cuando estaba en la preparatoria. Volver a enamorarme de Ewan McGregor, y creer… creer que en algún lugar está mi escritor con sus versos, aunque yo no sea la protagonista, la joya del cabaret.
4 comentarios:
Yo te digo, pero no me crees, que sí, que por ahí anda ese escritor que te regalará unos versos bien bonitos. Vas a ver. Nomás hay que hacernos unos stickers con la dirección de nuestros blogs; los pegamos por la ciudad y listo.
También echo de menos la versión tanguera de Roxane. También estoy de acuerdo en que hay que volver a creer.
Un abracito.
:) Me confieso enamorada de la película y de Ewan since then... ufff! aluciné en el cine como con pocas películas.
Creo que lo que más me impresionó –además de los ojos azules– fueron los arreglos musicales tan bien logrados y perfectamente acomodados...
Me parecía la película del año y ahora pienso que es un muy buen musical.
Saludos chinis!
Y yo ni la película he visto.
Ta guena la rola.
Un hobbit de vez en cuando.
Confieso que esa peli me encantó, confieso que sus canciones las entoné, y la versión de Roxane me parece la mejor en la historia... que bacano que la recuerdes hoy...
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