lunes, febrero 21

Busco un lugar

Sigo bajo presión, pero hoy, pese a todo, dormí unas horas. Me desperté con los rayos del sol y he tomado un baño con agua caliente… estoy en casa. Lo que comenzó hace unos días aún no termina, se ha ido prolongando poco a poco, como producto de las circunstancias, unas que no he elegido del todo, pero que he asumido.


No quito el dedo del renglón, pagaré el resto de la especialización editorial y viajaré a Europa. Me iré sola, con mi dinero… con el dinero de mi trabajo, con el dinero de mis horas de desvelo, con el dinero de mi continuo batallar, cuando logro vencer las ganas de dejarlo todo y dormir… me iré a Italia y visitaré el Coliseo, aunque mi padre diga que es más importante tener un coche.


Me iré para ver un cielo distinto, para conocer gente diferente… Me iré por el simple gusto de saber qué se siente demostrarle al mundo que la vida es lo que uno quiere, como uno quiere. Me iré para recordar que puedo vencer el miedo, para sentir de nuevo el corazón en la garganta cuando me suba al avión. Me iré porque quiero, porque necesito razones para creer.


Cuando era niña había cosas que parecían imposibles, lugares que se me presentaban como inalcanzables... quizás hoy no soy quien en esos años creía que sería… quizás todo se presentó mucho mejor. Y si esto fuera como el viaje a Ítaca, lo importante no será Roma, sino todo lo que ocurra antes de llegar allá.


Me iré sin pretensiones ni esnobismos, sin aires de intelectualidad. Me iré con toda mi ingenuidad… sin temor de parecer “inculta”. Me iré a comer pizza y pasta… Y luego, cuando regrese, pensaré en un nuevo plan que no me deje dormir.


“Sueño con los ojos abiertos,/ puede que pienses que estoy loco,/ porque me creo lo que sueño./ Y si tú quieres, te los cuento,/ los escribí en un libro abierto,/ en el lenguaje de los sueños./ ¿Qué hay de malo en perseguir los sueños?,/ ¿qué hay de malo en soñar despierto?...” (Realidad o sueño/Jarabe de palo)