miércoles, diciembre 31

Se va, se va... ¡Se fue!

¿A dónde se va un beso?... ¿al mismo lugar que una camiseta vieja? ¿A dónde se va la vida, la que se escapa de a poco todos los días? ¿Qué significa la noche de un 31 de diciembre… un año más o uno menos?

Tuve más trabajo, cumplí un cuarto de siglo y el 2008 me arrebató a mi abuela. Y me quedo pensando en cómo colocar mi vida en una balanza; agradecer las cosas buenas y guardar luto ante mi pérdida. Todos los días lucho contra mí para no reclamarle a Dios, o lo que sea que exista más allá del poder humano, aquello que no se pudo evitar, que no pudieron impedir los médicos, ni mi fe.

Y como en una digresión fílmica recuerdo las promesas y la esperanza. Hoy todo es antes y después de haber conocido la muerte, antes y después del maldito cáncer… A veces no sé hacia dónde ir, qué quiero, qué espero de la vida, y me estremece el recuerdo del día en que volvimos a la casa con una caja de madera llena de cenizas: eso quedó de la madre de mi padre.

A pocos días de que termine el año junto todos mis recuerdos: las noches en el hospital, las veces que reí con mi abuela a pesar de que sabíamos que se acercaba el final, aquella ocasión en que con lágrimas en los ojos me pidió que me cuidara… Hubiera querido más tiempo, más vida… hubiera querido un poco más de entereza y fuerza.

Este año se reacomodó mi existencia, reconocí a mis verdaderos amigos y acepté la existencia de relaciones efímeras. Comprendí la importancia de la familia y reconcilié diferencias con la mía. Este año me enfrenté a mis debilidades, al tiempo que admití su relación directa con mi infinita pasión por la vida. El 2008 se queda con una parte de mí que no vuelve, con un fragmento de mi historia.

Nuevo trabajo… corrección de cientos de páginas… un libro de etimologías… imágenes de historia contemporánea… aquella noche en una boutique de vinos finos en Lomas de Chapultepec, sentada en unas cajas mientras comía una torta de jamón… horas de café con las amigas… chelas en el Río de la Plata… los Indie-O Music Awards… fotografías con roqueros… colaboraciones en la Sónika…

Adiós al año que se va y hasta siempre a mi abuela… Bienvenido el 2009, lo recibo con el anhelo de una nueva oportunidad.



Little Things
Anggun

You once gave me something
I should always keep
Little stone with the hope
But it's not from you
***
I still hide it smooth in my pocket
Wrapping luck to coins I never seem to use
***
Little things, little things remain me
Want to erase, give the space to someone else
Little things, little things always catch me
I'm unware, unprepared to let it go
***
Would it have mattered?
Would it have change anything?
If I have loved you more
Would it have mattered?
Does it matter now?
Now that you got it all
***
Oh little things
Cut like knives, hurt and sting
Oh little things
Cut like blades, like regrets cut my face
***
You once gave me something
I should always keep
Little spark that should grow to a flame
It still glows here hidden in my heart
Burning me and you
When every someone speaks your name

miércoles, diciembre 24

Malviaje navideño... con cariño para Fher

*** La presente es una historia de la cual sólo soy adaptadora, la idea original es de mi amigo Fher. Esperamos que sea de su agrado, que se diviertan… Les enviamos a todos un saludo navideño.



Esta es la historia de Suleida la duende, quien se quedó sin chamba tras interponer una queja en Conciliación y Arbitraje por la severa explotación de un tal Santa de apellido Claus. Así es... además, resulta que al gordito depravado le gustaba molestar empleadas, pero sólo Suleida hizo público el abuso.
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Suleida la duende estaba sin trabajo y, encima, con lo de la demanda por explotación y acoso sexual. Y como allá en el Polo Norte las demandas proceden con lentitud, no recibiría su liquidación sino hasta el año entrante, así que debía hallar una forma de conseguir ingresos.
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Pero era diciembre y, obvio, no había chambas. No al menos en su especialidad, ella era una profesional en los tocados y maquillaje de muñecas. Suleida era algo así como cultora de belleza y por eso se animó a abrir su propia clínica en la colonia Obrero Polar. Le invirtió una buena lanota; tuvo que vender su colección de grabaciones de las telenovelas María la del Polo, María Polar y María y la fábrica de chocolates, pero obtuvo muy buenos ingresos pues la subastó en Mercado Libre, por Internet.
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Así que Suleida abrió su propio negocio, no sin antes acudir a la Asociación de PyMEs Polares en donde la asesoraron y orientaron para que se volviera micro empresaria y aprovecharon para enjaretarle un crédito para un departamento de interés social en Groenlandia. Total, ya no perdía nada, así que mejor lo arriesgó todo; en tan sólo unos días ya estaba en plena inauguración.
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Hubo ponche caliente, globos, algunos antojitos y Suleida hasta había conseguido que su prima Gladys cantara en el evento (nota al pie: Gladys, cantante polar famosa por sus imitaciones de Yuri y la Chupitos). Era más bien una "estética popular", pero de esas "bien jaladoras".
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Pero algo pasó, un par de meses después la clientela comenzó a bajar. Nadie llegaba, nadie necesitaba un corte, ni una maquillada, ni nada. Fue así como Suleida comenzó a entrar en una especie de depresión, grande, tan grande como puede ser en una pequeña duende. Y justo cuando se encontraba más desesperada llegó alguien que le cambiaría la vida: un ministro de la Iglesia Polar Universal que necesitaba un cambio de look, debido a que en su ultimo intento por librar al mundo del pecado organizó la toma de una de las fabricas del tal Claus y ahora lo buscaban por allanamiento de morada, asociación delictuosa y conspiración en contra del gobierno.
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Por su parte, al ministro nada le preocupaba porque "Dios nuestro señor, Cristo que tanto nos ama..." estaba de su parte, y el gordito no se iba a salir con la suya. Tenía un nuevo plan, algo que no podría fallar: se disfrazaría de Mamá Claus y justo en la inauguración de las jornadas navideñas, el e-ven-to del siglo, le revelaría al mundo que era hombre, con lo cual Claus quedaría como un pervertido, además, de algún modo comprobaría las prácticas de brujería de éste, porque no de a gratis el declive de la estética... Así que ahora: LA VENGANZA.
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Este era el plan pefecto para arruinar la reputación del gordito y terminar con la empresa que gobernaba al Polo Norte, y así, en medio del caos llegaría un “rayito de esperanza”. Total que había mucha gente con la que el Claus ya se había quemado… Y Suleida trabajó en el nuevo look del ministro, días y semanas enteras, hasta perfeccionarlo. Cuando acabó con ella, perdón, con él, nadie pudo notar la diferencia entre la señora Claus original y la versión pirata, la cual era casi tan buena como una imitación “made in China”.
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El gran día llegó, pero, ¿cómo suplantar la verdadera señora Claus? La Claus era "bien acá", así que le gustaba ir de compras al Mega Polar Center y, en pleno estacionamiento, cuando sus guaruras estaban papando moscas… ¡que la encajuelan! Luego fue sustituida por la impostora y los guarros la llevaron directito al e-ven-to. Ni el mismísimo Santa se dio cuenta de que no era su esposa, es más, hasta la vio más bella; Claus besó a un hombre y ni cuenta se dio.
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La inauguración transcurrió, todo el Polo Norte observaba el acontecimiento, las televisoras tenían cobertura en vivo, al igual que las estaciones de radio. Y justo cuando el señor Claus se preparaba para iniciar con la declamación de “yo protesto bajo bla-bla-bla”… ¡sopas! la señora Claus impostora se trepó al podium, se quitó la peluca y gritó: “¡¡¡Santa es un maldito estafador!!! No, lo cierto es que comenzó con aquello de “porque soy mujer como cualquiera, con derechos y virtudes, con amor y desamor…”, porque al ministro bien que le había gustado eso de ser drag queen.
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[Entra fondo de I will survive] En eso que también se desatan un par de duendes de la comitiva de Santa y comienzan con la coreografía. El ritmo contagió a todos, quienes comenzaron a bailar y a corear la rola. Aquello más bien se convirtió en festejo del Orgullo Gay del Polo Norte... Y Suleida, molesta, que se acerca a un conductor de televisión, quien también estaba cantando, para hacer su denuncia: “¡Vean, el gordito degenerado andaba con un hombre!”… la respuesta le sorprendió: “Señoras y señores (y locas divinas), si se lo perdonamos al de RBD, que no se lo pasemos a este gordito, si le gusta el arroz con popote, pues que le entre”.
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Total que el mismísimo Santa se destapó también, y gacho, ese estaba peor, porque, además, aprovechó para anunciar una página porno de Internet y un libro que escribió en su juventud, en el cual narraba cómo fue su experiencia en el closeth, aquellos eran sus negocios más allá de la época navideña… muy lucrativo el asunto.
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Suleida estaba enchilada porque nadie se acordaba de ella, ni de la explotación, ni del fraude, y mucho menos de la depravación de Santa; trataba de generar comentarios negativos, de hacer que la gente se diera cuenta, pero nadie la apoyó… Todos lo que estaban ahí, ya eran presas de la euforia, y cuando les tocaron I will survive, pero al revés, se pusieron bien locos, cual seguidores de la secta Trevi-Andrade; aparte, con los últimos destapes de famosos y la golpiza que le pusieron a un famoso conductor, la gente había aprendido a aceptar este tipo de preferencias. Lo malo, lo malo, malo fue que, justo en ese momento, la señora Clause pudo salir de la cajuela y le explicó a su marido lo sucedido.
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Santa Clause no dudó ni un momento y denunció a Suleida por privación ilegal de la libertad, asociación delictuosa y, encima, difamación, por lo cual fue a parar al bote; actualmente ella purga una condena de 50 años en la Prisión de Máxima Seguridad del Polo Norte y en sus ratos libres se dedica a arreglar a otras internas para sus visitas conyugales. Mientras tanto, Claus ha aumentado su participación en el mercado, debido a la invasión a Irak y otros lugares en donde la ideología estadounidense ha comenzado a ser implantada
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Por su parte, la señora Claus inauguró una cadena de empresas dedicadas al diseño de imagen personal. Despues de recibir terapia psicológica por algún tiempo superó la idea de que su marido lo confundiera con una quimera y ahora se dedica a dar platicas en universidades acerca del valor de la mujer en la sociedad actual y de cómo lograr mantener un matrimonio estable ante las adversidades. Santa no lo sabe pero ella planea lanzar su candidatura para quedarse con su puesto el periodo viene.
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¿Moraleja? Estimado lector, la moraleja de esta historia debería ser proporcionada por la propia Suleida, sin embargo, por normatividad de la institución en donde se encuentra recluida no es posible tener contacto con ella, por lo cual tendremos que esperar a que termine de purgar su condena, o al menos que le permitan publicar su libro Suleida: el frío por el infierno, el cual narra su verdadera historia.

lunes, diciembre 15

Irreconciliable entre los dos

*** Mitad real, mitad ficción… es una historia mía a medias… una historia mía y de alguien que no soy yo.***


Encendiste tu cigarro con gesto de indiferencia y me provocaste algo de risa; recordé aquella de Fallaste corazón: “Y tú que te creías el rey de todo el mundo/y tú que nunca fuiste capaz de perdonar…” Pero, ¿tenías algo que perdonarme?... quizás únicamente el hecho de haberte perseguido con tanta insistencia durante las últimas semanas.

Y mientras fumabas yo pensaba en cómo era posible que no tuvieras sentimientos… en cómo era posible que me hablaras con tanta gravedad sin siquiera mirarme a los ojos… como si yo no estuviera presente. Jamás te entendí, y tampoco sé cómo pude aceptarte aquella invitación a tomar un café, aun después de que pusiste en entredicho mi inteligencia.

Mi amiga Laila siempre ha pensado que tengo un pésimo tino, que soy experta en relacionarme con tipos raros, inadecuados y hasta un tanto dañinos; lo único bueno es que siempre remata con una sonrisa indulgente y algún chascarrillo acerca de mi miopía emocional. Ya me lo había dicho Laila, pero yo insistí en buscar una oportunidad.

Continuabas fumando, inmutable. Recordé que, según tú, nuestro proceder como entes sociales casi siempre está impregnado de hipocresía, de frivolidad y banalidad… y recordé también aquellas veces en que callé por miedo a ser juzgada y sujeta a tu desaprobación; quizás tenías razón… quizás sólo en parte.

Mirando a la nada me pediste que no “lloriqueara”, que no fuera infantil. Y de un momento a otro pretendiste que todo aquello en lo que yo creía no era más que “convención social”. Yo sólo asentí con la cabeza, sumergida en mis tribulaciones, que, como ya sabías, me llevaban a un dolor profundo e insistente. Quise hablar, pero me interrumpiste.

Tu sentimiento de superioridad te llevó a mirarme como una “pobre víctima”. Y cuando ya ibas en el segundo cigarro intentaste mentir, como si todo pudiera arreglarse con un poco de condescendencia. Y yo persiguiéndote, como lo había hecho durante las últimas semanas… Insistente… como si tu opinión fuera a cambiar con tan sólo conocerme mejor; pero ni siquiera te habías detenido a observarme un poco.

El segundo cigarro se terminaba. Parpadeé un par de veces; la insatisfacción en tu semblante y la acusación manifiesta hacia mi persona me sacaron del letargo. Me dijiste lo que pensabas de mí… colocaste en mi frente una enorme etiqueta y solucionaste el problema, el problema que al final de cuentas era yo.

Cuando ya ibas por el tercer cigarro entendí que necesitabas estar solo, como antes de que yo llegara, como antes de que comenzaras a fumar. Comprendí que ninguno de mis intentos cambiaría la historia… supe que era momento de dejarte solo y soñar por mi cuenta.





Veneno
Caramelos de Cianuro

No sé
si estas llorando por que me voy,
o por que sabes que volveré,
sólo soy capaz de dar dolor.
***
No sé
qué haría con otra oportunidad,
si hay mil maneras para traicionar,
todas ellas llevan a perderte una vez más...
***
¿A dónde van todas esas promesas
que alguna vez hice y no pude cumplir?
Espérame en el fondo de tu alma,
ten calma.
***
Muéstrame las marcas de las tristezas,
las cicatrices que te di,
nunca fue mi intensión sumergirte
en mi espeso veneno...
***
No sé
si aún tengo tiempo para cambiar,
si aún queda algo por salvar,
no se ha perdido nada si aún nos queda algo más...
***
¿A dónde van todas esas promesas
que alguna vez hice y no pude cumplir?
Espérame en el fondo de tu alma,
ten calma.
***
Muéstrame las marcas de las tristezas,
las cicatrices que te di,
nunca fue mi intensión sumergirte
en mi espeso veneno,
nunca fue mi intensión herirte una vez más...
***
Creí merecer más de una,
no fui suficiente para dos...