lunes, mayo 29

Pepe Cuervo

Por primera vez fui VIP, ja. Y ahí andaba yo, pavoneándome con mi brazaletito en la muñeca, como si de veras… No acostumbro visitar antros, así que la fiesta de José Cuervo en el Ex-NAFINSA me dejó sorprendida: el ambiente, las luces, el escenario para las bandas, la música de fondo, el asunto ese de las free drinks y la gente fresa con su pasarela de modas; todo muy “in”.

“Evento privado”, pero yo me encargué de hacer el repartidero de invitaciones. Mi hermano y tres cuates, mi sister-na con dos amigas y el novio de una de ellas. Por mi parte, a la mera hora me jalé a Anel, Ivanov y Elena. Después de esto y lo otro ya estábamos todos adentro, paraditos frente a la barra pidiendo nuestros tragos. Todo pintaba de maravilla, esta sería, sin duda, “una noche de copas, una noche loca”.

Yo que alguna vez me atreví a regañar al buen Capitán Guayaba (http://rojinegro.blogspot.com) terminé pidiendo la misma receta: vodka con Energy Boost; aunque debo aceptar que aquella bebida ni me alcoholizó ni me puso “loca”. Me parece que ese tipo de brebaje está muy chido, el colorcito azul llama mucho la atención y el sabor ácido es grato para el paladar de alguien como yo, quien no acostumbra algo más machín como el tequila.

Mientras las personas se amontonaban frente a las barras colocadas a los costados del lugar, Fatalyst se subió al escenario. “¡Un vodka con jugo de uva!”, “¡Una cuba!”, “¡Un tequila!”… Todos pedían a gritos, pero como en todo, “santo que no tiene varo no es adorado”; no faltó aquél que le extendía un billete enrollado al barman para que éste lo atendiera rapidito.

Y como nosotros no estábamos dispuestos a soltar el poco dinero que traíamos, apelamos al enorme poder de convencimiento de Anel, quien me regañó por no hacer uso de mis “enormes influencias” materializadas en un brazalete amarillo fluorescente con la leyenda VIP. Ahora teníamos que buscar un lugar estratégico en el que nos sintiéramos a gusto, lejos de los apretujones.

Es a la hora del desplazamiento cuando se nota la habilidad o la torpeza. Para aquellos que viajamos en transporte público todo es más sencillo y la técnica utilizada es siempre la misma: bebida en mano, alzas los brazos y pasas de ladito mientras murmuras “con permiso, con permiso”. Los demás, por mensos, acaban haciendo sus reclamaciones: “mira nada más we’, si ya me empapaste todo”.

Para cuando Los Liquits comenzaron a tocar ya estábamos en primera fila. Siempre tuve ganas de verlos en vivo tocando Kurasaibo y se me hizo; Elenita y yo brincoteábamos y movíamos la cabeza de un lado a otro mientras coreábamos: “Yaiyo bonsai/Kuni bonsai/Koyo bonsai…”. Además, me encantó aquello de Los chícharos mágicos, con el vocalista disfrazado al estilo del Monje loco.

Después de desgañitarnos gritando “¡Liquits, los amamos!” comenzamos a bailar al ritmo del DJ Disco Ruido! Ivanov fue mi pareja durante más de una hora, mientras que Anel andaba ligando por ahí y Elena se desapareció. A las tres de la mañana terminó la fiesta, encendieron las luces y comenzaron a sacar a empujones a todos aquellos borrachos impertinentes que querían “seguírsela”.

El recuento: un hermano, una hermana, Anel e Ivanov alcoholizados y Elena extraviada. Una vez que le marcamos a Elenita y nos enteramos de que, sabrá Dios cómo, ya estaba con unos amigos suyos por Coapa comenzamos a ponernos de acuerdo para el regreso. Todos querían un after, pero yo, la amargada, los trepé a un taxi. Viajé un rato con la rodilla de Ivanov enterrada en mi muslo, mientras que él, Anel y mi hermana se echaban una geta.

Eso sí, antes de llegar todos a mi casa nos paramos en una taquería para recetarnos unos al pastor con su salsa bien picosa. Aquello sin duda ayudó a que todos regresáramos más tranquilos y sobrios. Mi hermano negoció con otro taxista y de nuevo todos adentro al meritito estilo de los contorsionistas del Circo Chino de Pekín. En cuanto llegamos mi papá se asomó por la ventana y, ya más tranquilo, pudo dormir plácidamente.

El pobre de Ivanov se quedó bien dormido en el suelo del cuarto de mi hermano, ni siquiera se quiso subir a la cama; a Anel le tocó en mi recámara, en donde, por fortuna, había menos tiradero que de costumbre. Extrañamos tanto al buen Javier… pero que conste que lo anduvimos buscando. Esta fue la historia. A ver qué día Tu Rock es Votar nos invita a otra fiestecita.


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Por si toma…

Si lo invitan a una fiesta de primer nivel como la de José Cuervo, por favor evite comentarios como “le pusieron algo a mi bebida” o “el alcohol estaba adulterado”, deje de lado la paranoia y no vaya a creer que le pusieron éter a los hielos. De lo contrario, el resto de la concurrencia pensará que es usted de a tiro muy pen..jo, bueno, muy güey.

He aquí algunas recomendaciones que quizás usted quiera tomar en cuenta a la hora de chupar, para evitar, así, andar haciendo el ridículo por la vida:

*No tome bebidas alcohólicas sin antes haber ingerido algún alimento sustancioso.
*(Para las mujeres). No beba en estado de embarazo, ni tampoco le oculte a su novio que está embarazada.
*Si no acostumbra empedarse con frecuencia, comience el proceso de forma lenta y paulatina.
*No es muy recomendable alcoholizarse bajo los influjos de otras drogas.

En fin… ¿por qué existe gente dañada que cree que la vida conspira en su contra a cada momento? Todavía de que unos los invita en buen plan y chido, los amigos de Vladimir se ponen de mamones. Pero que quede claro que lo hice por él, para que tuviera con quien regresarse; va a ver qué día lo vuelvo a andar tomando en cuenta, esto ya fue demasiado y fue la última vez.

domingo, mayo 28

Hoy, hace un año

Hace un año nos encontramos por primera vez; una parte se la debemos al destino, la otra a nuestras ansias de tropezar el uno con el otro, aún sin conocernos. Hace un año y todavía guardo el recuerdo de aquel día, lo tengo tan claro como si hubiera ocurrido apenas ayer.

Hace un año éramos “diferentes” y yo moría de amor. Hace un año queríamos comernos el mundo a bocados; sentíamos que todo era posible porque estábamos juntos, porque nos comprendíamos. Hace un año creía haber encontrado “el amor de mi vida”, hace un año…

Hace un año no sabía todo lo que iba a ocurrir, sin embargo, ya había guardado las sonrisas y las lágrimas suficientes para aprender a crecer y madurar. Hace un año, según yo, sabía lo que quería; y ahora resulta que no tenía ni la más mínima idea de lo que en verdad buscaba para mi vida.

Después de estos 12 meses le doy las gracias por las nuevas experiencias, por las alegrías, por las peleas y por los desencuentros; le doy las gracias por haberme hecho compañía. Y aunque ya nada es igual, aunque nuestras vidas comienzan a tomar rumbos muy distintos, estoy segura de que nunca lo voy a olvidar.


Llegaste a mí
Marc Anthony

Yo pensé que el amor no existía
Que de mí ya se había olvidado
Que la herida que llevo en el alma no iba a sanar
Que las cosas que hoy siento por ti
Nunca más las podría sentir
Que era un sueño imposible encontrarme con alguien así

Yo creí que el amor era un mito
Un tesoro perdido en el mar
Que esta vida tan gris que llevaba no iba a cambiar
Pero ahora que te tengo aquí
Me doy cuenta que nada es verdad
Que el amor cuando está para uno no tarda en llegar

Llegaste a mí
Con tanta vida para dar
Y descubrí
Todo lo hermoso que es amar
Llegaste a mí
Con tanto amor para brindar
Y comprendí
Que valió la pena esperar
Por ti
Con tu forma de mirar
Y tu manera de querer
Amor, llegaste a mí

Yo creí que el amor era un mito
Un tesoro perdido en el mar
Que esta vida tan gris que llevaba no iba a cambiar
Muchas veces me echaba a dormir
Acechado por la soledad
Cuántas veces me vio la mañana llorar y llorar

Llegaste a mí
Con tanta vida para dar
Y descubrí
Todo lo hermoso que es amar
Llegaste a mí
Con tanto amor para brindar
Y comprendí
Que valió la pena esperar
Por ti
Con tu forma de mirar
Y tu manera de querer
Amor, llegaste a mí

Llegaste a mí
Llegaste a mí
Yo que pensé que en mi vida el amor no existía
Llegaste a mí
Vienes y me cambias mis penas por mil alegrías
Llegaste a mí
Un mundo nuevo has vuelto a realizar
Llegaste a mí
Llegas a mí y comprendí que valió la pena esperar
Llegaste a mí

martes, mayo 23

De pasadita les cuento

No había escrito por exceso de chamba, por eso y porque sabía que ocurriría exactamente esto; es decir, sabía que acabaría contando acerca de mi trabajo en Tu Rock Es Votar. Pero qué le voy a hacer, si últimamente me enfrento a nuevas experiencias y comparto con nuevos compañeros de trabajo.

Cuando Armando conversa acerca del proyecto uno puede ver ese brillo en sus ojos, uno puede ver cómo cambia su semblante. Es sorprendente esa energía que nos contagia a todos; me siento muy feliz al formar parte de un equipo de trabajo encabezado por una persona que lucha con tanta fe y tenacidad.

Últimamente he hecho de todo. Yo solita soy el departamento de prensa y a veces hasta le hago a aquello de contestar llamadas telefónicas. Redacto notas para la página de Internet, boletines de prensa, invitaciones para medios de comunicación y algunas cartas de carácter formal y comercial. Sí, es algo así como periodismo secretarial.

Va bien. Estoy por cumplir mi primer mes, hecho que comprueba lo equivocados que estaban mis jefes; no era que no quisiera trabajar, era más bien que no hallaba mi lugar en el mundo, ja. Ya también cobré mi primera quincena y me discutí con una cenita para la familia; además, he logrado medio solventar algunos de mis gastos.

La semana pasada entrevisté a una banda de Perú llamada Libido y viajé a Pachuca, donde Armando me mostró el centro de la ciudad y me invitó a comer pastes. Para cerrar con broche de oro el sábado nos fuimos a un congreso en el Politécnico, una patrulla nos detuvo y terminamos escuchando conferencias de superación personal y liderazgo con responsabilidad social.

Todo sin contar que comparto oficina con tres hombres bastante “machines”, quienes a diario se quejan de que yo he venido a perturbar su otrora perfecto ambiente masculino. Ellos tan extrovertidos y yo tan asustadiza… bien que se divierten a costillas de mi ingenuidad… un día me vengaré, jajaja.

No cabe duda, tengo suerte; pedí una oportunidad y me fue dada. Algunos otros aspectos han pasado a un segundo plano, por ahora me concentro en lo que hago, en hacerlo bien. Son demasiados acontecimientos de un solo golpe, en tan sólo unos cuántos días mi vida cambió.

martes, mayo 9

Con MADRE

Mi mamá no cae en los estereotipos del 10 de mayo. No es la “madrecita sacrificada”, ni la “madrecita abnegada”; mi madre es, simple y sencillamente, una mujer con madre. Así es ella, una mujer de carácter, llena de vida; una mujer comprometida que lucha todos los días.

Mucho de lo que soy se lo debo a ella. Me ha enseñado a ser autosuficiente y a valerme por mí misma. Me ha enseñado a creer en mí, en lo que soy; en mis principios y en mis valores. Fue ella quien me mostró que el respeto no se gana a partir de la aprobación de los demás, sino a partir de lo que nos exigimos a nosotros mismos.

De niña no me decía que yo era “muy bonita”, me decía que era inteligente; no me educó para ser una “princesita”, más bien me hizo ver que soy humana. Gracias a mi madre pude comprender que la feminidad va más allá de un escote pronunciado, que ser mujer es enfrentar el mundo con agallas.

Ahora sé que el “girl power” no está en un perfume, como lo promete El Palacio de Hierro. Ahora sé que la fuerza, si bien viene desde adentro, no emerge de un sensual coordinado de ropa interior, sino del corazón. Y si alguien me preguntara qué significa ser mujer, diría que puede preguntárselo a Marisa Zepeda López.

Mi mamá no es la madre pasiva que se realiza únicamente a través de sus hijos, es una mujer que a diario construye sus propios logros: estudia, trabaja, busca, va y viene… Ella no es la clásica mujer sufrida que se lamenta por los errores de sus “retoños”; más bien es la “señora gritona” que los pone en su lugar, ja.

Y cuando estoy que me re’lleva la fregada, la encuentro a mi lado, recordándome que las metas más importantes jamás han sido las más fáciles de alcanzar. Sí, ella me ha demostrado que a veces, para conseguir lo que se desea, hay que partirse la madre. Con una mamá como la mía resulta prácticamente imposible tirarse a la desgracia.

Pese a que nunca me han gustado las fechas comerciales, confieso que casi siempre las aprovecho y las agarro de pretexto. Y aunque ella lo sabe perfectamente, aunque se lo digo todos los días, nunca está de más: Mamá, te quiero con todo mi corazón. Gracias por ser el mejor ejemplo.

viernes, mayo 5

Es tan fácil romper un corazón

El otro día Berenice (http://melcochabarata.blogspot.com) y yo conversábamos del recurrente tema del amor, de hecho creo que fue mucha mi torpeza al tratar de explicarle mis ideas; me quedé un tanto corta, no encontraba las palabras.

Le decía que el amor es complicado. Puede que uno encuentre a la persona indicada, puede que uno sienta que es el amor verdadero y, simplemente, “las cosas no se den”; eso es un tanto sencillo, lo difícil viene después.

En mi caso quizás se trate de una actitud “ardida”. Lo cierto es que, cuando comprendí el significado de la palabra “no”, todo cambió. Eso que sentía ahora comienza a transformarse en recuerdo, hermoso, pero recuerdo al fin.

Le explicaba a Berenice que a veces el amor no correspondido duele tanto que resulta imposible ser la persona de antes. Yo cambié, decidí ver por mí y seguir mi camino sola, decidí que ya no quería quedarme ahí para sufrir.

En ciertos casos el desgaste es irremediable. Yo jamás podré volver a sentir la misma ilusión, jamás podré quererlo como lo quise en un principio. No es venganza ni castigo, simplemente ya no puedo, se agotó la espontaneidad.

Mentiría si dijera que ya no lo quiero, pero también mentiría al decir que continúo tan enamorada como cuando lo conocí. El tiempo y las circunstancias hacen lo suyo, la incertidumbre y la duda se encargan de darle pauta al final.

Todo a lo que aún me aferro se conjuga en tiempo pasado, sin embargo, aquí sí le doy la razón a José José: “Lo que un día fue, no será…”, ja. Hoy entiendo que ya no vale la pena seguir intentando, hice todo lo que estuvo en mis manos.

En ocasiones vuelven a mi mente aquellos momentos llenos de “magia”, vuelven las miradas sutiles y las palabras cargadas de emotividad. A veces la nostalgia trae de nuevo su imagen, su sonrisa y su acostumbrada indecisión.

Quizás “hubiera” sido maravilloso… quizás. Lo quise sin condiciones y con fe, lo amé tal cual, pero no pudo ser. Y mejor así, porque un dejo de compasión o un sentimiento fingido me habrían partido el alma.

Sé que necesito tiempo para ofrecerle mi amistad, aún no lo supero del todo. Sin embargo, lo quiero tanto que estoy dispuesta a reencontrarme con él, sin lastimarnos, sin hacernos daño; ambos merecemos esa oportunidad.

Sí, el amor es complicado… lo disfrutamos y los sufrimos. El amor es complicado… nos ata y nos desata, nos da y nos arranca. El amor es lo que tiene que ser, apostamos al azar, pero seguro que un día de suerte nos toca las de ganar.


Me voy
Julieta Venegas

Porque no supiste entender a mi corazón
Lo que había en él
Porque no tuviste el valor de ver quién soy

Porque no escuchas lo que está tan cerca de ti
Sólo el ruido de afuera y yo
Que estoy a un lado desaparezco para ti

No voy a llorar y decir que no merezco esto
Porque es probable que lo merezco, pero no lo quiero
Por eso me voy

Qué lástima, pero adiós
Me despido de ti y me voy
Qué lastima, pero adiós
Me despido de ti

Porque sé que me espera algo mejor
Alguien que sepa darme amor
De ese que endulza la sal y hace que salga el sol

Yo que pensé nunca me iría de ti
Que es amor del bueno, de toda la vida
Pero hoy entendí que no es suficiente para los dos

No voy a llorar y decir que no merezco esto
Porque es probable que lo merezco, pero no lo quiero
Por eso me voy

Qué lástima, pero adiós
Me despido de ti y me voy
Qué lastima, pero adiós
Me despido de ti

miércoles, mayo 3

Quién diría...

Todo por subestimar el poder de la Internet… Si ya me lo decían mis padres: “Ay, hija, te pasas de chistosita…”. Si ya me lo decían mis cuates: “Ay, China, te pasas de sincerota…”. Pero qué iba yo a saber que esto ocurriría, nunca me pasó por la cabeza que algo así podría sobrevenir. No lo entiendo… ¡Dios, ¿por qué a mí?!

Sí, claro, como si me persiguiera la CÍA, o la KGB o, ya de perdis, algún infiltrado que quisiera grabarme embolsándome mis buenos billetes del erario público. Ya parece… Yo sólo soy la China, nada más; uno de los tantos habitantes de Iztapalapa, un número de cuenta archivado en los expedientes de la UNAM…

Pero cuál fue mi sorpresa al revisar esta tarde mi correo electrónico. Me quedé con los ojos como platos extendidos, con la bocota abierta; poco faltó para que me muriera de un paro cardiaco provocado por la impresión. Era César Anaya, me había contactado para decirme que ya lo sabía todo… todo.

Hace tan sólo algunos posts escribí acerca del día en que nos conocimos; en efecto, a la muy tonta de mí se me ocurrió ponerlo en el Blog. Pero, neta, ¿qué tanta probabilidad había de que el protagonista en cuestión se enterara de que lo había expuesto públicamente ante la mirada de los usuarios de la “red de redes”?; OBVIO que MUCHA.

Al leer aquellas líneas me sentí avergonzada y, por la sensación de calor en mi rostro, creo que me ruboricé. Fue una suerte que estuviera en la chamba, de otra forma hubiera entrado en crisis existencial. César me contó que “alguien” hizo el “favor” de decirle que habían escrito sobre él y hasta le enviaron el link.

¿Cómo habrán dado con este lugar?: la respuesta podría estar en Google, jajaja. Quizás hubiera sido razonable que César llegara aquí él mismo, por casualidad, pero el hecho de que un tercero se lo haya dado a conocer me deja un tanto desconcertada. Alguien por ahí se las quizo dar de cupido electrónico...

¿Quién lo hizo?, ¿por qué razón? No es que esté enojada, más bien quisiera saberlo por puro morbo. ¡Cha-lesss!, comienzo a sentirme observada, quizás eso del “gran hermano” no sea sólo una invención de Orwell… No sé si podré pasar por alto esta situación y continuar escribiendo tan quitada de la pena. Está bien, honestamente lo más seguro es que sí.

Había escuchado de los ataques personales por medio del Blog, de los insultos que a veces dejan los dichosos “anónimos”, había escuchado de lo pequeño que es el universo del Blog y una vez hasta fui víctima de los banners porno, pero esto ya es el colmo. Me cae que si no me pasa esto a mí, entonces, ¿a quién? Pero bueno, de que es gracioso, pues sí, jajaja.

Tal vez no sea para tanto, pero me siento ridícula, como cuando le enviaba cartitas cursis a los tipos que me gustaban en la secundaria; pero, ¡por favor!, estoy cerca de cumplir mis 23 primaveras ¡Ya, cómo serán! No me expongan así al ridículo, no sean gachos. Ni modo, esta será, simplemente, una historia más qué contar.

Puede que sea buena idea guardar más discreción, puede que sea buena idea mantener como confidencial la verdadera identidad de los personajes de mis relatos. César no me hizo ningún reclamo al respecto, pero hubiera estado en su derecho; me siento apenada con él. Lo "malo" es que este sitio tendrá que perder un poco de frescura en pro de la prudencia.

Y pensar que yo escribiría acerca del puesto de dulces en el que me surto cuando salgo de la estación del Metro Mixihuca, ahí será para la próxima... Por esta ocasión decido exhibir mi desgracia ante ustedes al más puro estilo de Laura en América. Acepto comentarios, consejos y todo tipo de impresiones al respecto; sería muy chido que esto se prestara para el debate, ja.