Por primera vez fui VIP, ja. Y ahí andaba yo, pavoneándome con mi brazaletito en la muñeca, como si de veras… No acostumbro visitar antros, así que la fiesta de José Cuervo en el Ex-NAFINSA me dejó sorprendida: el ambiente, las luces, el escenario para las bandas, la música de fondo, el asunto ese de las free drinks y la gente fresa con su pasarela de modas; todo muy “in”.
“Evento privado”, pero yo me encargué de hacer el repartidero de invitaciones. Mi hermano y tres cuates, mi sister-na con dos amigas y el novio de una de ellas. Por mi parte, a la mera hora me jalé a Anel, Ivanov y Elena. Después de esto y lo otro ya estábamos todos adentro, paraditos frente a la barra pidiendo nuestros tragos. Todo pintaba de maravilla, esta sería, sin duda, “una noche de copas, una noche loca”.
Yo que alguna vez me atreví a regañar al buen Capitán Guayaba (http://rojinegro.blogspot.com) terminé pidiendo la misma receta: vodka con Energy Boost; aunque debo aceptar que aquella bebida ni me alcoholizó ni me puso “loca”. Me parece que ese tipo de brebaje está muy chido, el colorcito azul llama mucho la atención y el sabor ácido es grato para el paladar de alguien como yo, quien no acostumbra algo más machín como el tequila.
Mientras las personas se amontonaban frente a las barras colocadas a los costados del lugar, Fatalyst se subió al escenario. “¡Un vodka con jugo de uva!”, “¡Una cuba!”, “¡Un tequila!”… Todos pedían a gritos, pero como en todo, “santo que no tiene varo no es adorado”; no faltó aquél que le extendía un billete enrollado al barman para que éste lo atendiera rapidito.
Y como nosotros no estábamos dispuestos a soltar el poco dinero que traíamos, apelamos al enorme poder de convencimiento de Anel, quien me regañó por no hacer uso de mis “enormes influencias” materializadas en un brazalete amarillo fluorescente con la leyenda VIP. Ahora teníamos que buscar un lugar estratégico en el que nos sintiéramos a gusto, lejos de los apretujones.
Es a la hora del desplazamiento cuando se nota la habilidad o la torpeza. Para aquellos que viajamos en transporte público todo es más sencillo y la técnica utilizada es siempre la misma: bebida en mano, alzas los brazos y pasas de ladito mientras murmuras “con permiso, con permiso”. Los demás, por mensos, acaban haciendo sus reclamaciones: “mira nada más we’, si ya me empapaste todo”.
Para cuando Los Liquits comenzaron a tocar ya estábamos en primera fila. Siempre tuve ganas de verlos en vivo tocando Kurasaibo y se me hizo; Elenita y yo brincoteábamos y movíamos la cabeza de un lado a otro mientras coreábamos: “Yaiyo bonsai/Kuni bonsai/Koyo bonsai…”. Además, me encantó aquello de Los chícharos mágicos, con el vocalista disfrazado al estilo del Monje loco.
Después de desgañitarnos gritando “¡Liquits, los amamos!” comenzamos a bailar al ritmo del DJ Disco Ruido! Ivanov fue mi pareja durante más de una hora, mientras que Anel andaba ligando por ahí y Elena se desapareció. A las tres de la mañana terminó la fiesta, encendieron las luces y comenzaron a sacar a empujones a todos aquellos borrachos impertinentes que querían “seguírsela”.
El recuento: un hermano, una hermana, Anel e Ivanov alcoholizados y Elena extraviada. Una vez que le marcamos a Elenita y nos enteramos de que, sabrá Dios cómo, ya estaba con unos amigos suyos por Coapa comenzamos a ponernos de acuerdo para el regreso. Todos querían un after, pero yo, la amargada, los trepé a un taxi. Viajé un rato con la rodilla de Ivanov enterrada en mi muslo, mientras que él, Anel y mi hermana se echaban una geta.
Eso sí, antes de llegar todos a mi casa nos paramos en una taquería para recetarnos unos al pastor con su salsa bien picosa. Aquello sin duda ayudó a que todos regresáramos más tranquilos y sobrios. Mi hermano negoció con otro taxista y de nuevo todos adentro al meritito estilo de los contorsionistas del Circo Chino de Pekín. En cuanto llegamos mi papá se asomó por la ventana y, ya más tranquilo, pudo dormir plácidamente.
El pobre de Ivanov se quedó bien dormido en el suelo del cuarto de mi hermano, ni siquiera se quiso subir a la cama; a Anel le tocó en mi recámara, en donde, por fortuna, había menos tiradero que de costumbre. Extrañamos tanto al buen Javier… pero que conste que lo anduvimos buscando. Esta fue la historia. A ver qué día Tu Rock es Votar nos invita a otra fiestecita.
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“Evento privado”, pero yo me encargué de hacer el repartidero de invitaciones. Mi hermano y tres cuates, mi sister-na con dos amigas y el novio de una de ellas. Por mi parte, a la mera hora me jalé a Anel, Ivanov y Elena. Después de esto y lo otro ya estábamos todos adentro, paraditos frente a la barra pidiendo nuestros tragos. Todo pintaba de maravilla, esta sería, sin duda, “una noche de copas, una noche loca”.
Yo que alguna vez me atreví a regañar al buen Capitán Guayaba (http://rojinegro.blogspot.com) terminé pidiendo la misma receta: vodka con Energy Boost; aunque debo aceptar que aquella bebida ni me alcoholizó ni me puso “loca”. Me parece que ese tipo de brebaje está muy chido, el colorcito azul llama mucho la atención y el sabor ácido es grato para el paladar de alguien como yo, quien no acostumbra algo más machín como el tequila.
Mientras las personas se amontonaban frente a las barras colocadas a los costados del lugar, Fatalyst se subió al escenario. “¡Un vodka con jugo de uva!”, “¡Una cuba!”, “¡Un tequila!”… Todos pedían a gritos, pero como en todo, “santo que no tiene varo no es adorado”; no faltó aquél que le extendía un billete enrollado al barman para que éste lo atendiera rapidito.
Y como nosotros no estábamos dispuestos a soltar el poco dinero que traíamos, apelamos al enorme poder de convencimiento de Anel, quien me regañó por no hacer uso de mis “enormes influencias” materializadas en un brazalete amarillo fluorescente con la leyenda VIP. Ahora teníamos que buscar un lugar estratégico en el que nos sintiéramos a gusto, lejos de los apretujones.
Es a la hora del desplazamiento cuando se nota la habilidad o la torpeza. Para aquellos que viajamos en transporte público todo es más sencillo y la técnica utilizada es siempre la misma: bebida en mano, alzas los brazos y pasas de ladito mientras murmuras “con permiso, con permiso”. Los demás, por mensos, acaban haciendo sus reclamaciones: “mira nada más we’, si ya me empapaste todo”.
Para cuando Los Liquits comenzaron a tocar ya estábamos en primera fila. Siempre tuve ganas de verlos en vivo tocando Kurasaibo y se me hizo; Elenita y yo brincoteábamos y movíamos la cabeza de un lado a otro mientras coreábamos: “Yaiyo bonsai/Kuni bonsai/Koyo bonsai…”. Además, me encantó aquello de Los chícharos mágicos, con el vocalista disfrazado al estilo del Monje loco.
Después de desgañitarnos gritando “¡Liquits, los amamos!” comenzamos a bailar al ritmo del DJ Disco Ruido! Ivanov fue mi pareja durante más de una hora, mientras que Anel andaba ligando por ahí y Elena se desapareció. A las tres de la mañana terminó la fiesta, encendieron las luces y comenzaron a sacar a empujones a todos aquellos borrachos impertinentes que querían “seguírsela”.
El recuento: un hermano, una hermana, Anel e Ivanov alcoholizados y Elena extraviada. Una vez que le marcamos a Elenita y nos enteramos de que, sabrá Dios cómo, ya estaba con unos amigos suyos por Coapa comenzamos a ponernos de acuerdo para el regreso. Todos querían un after, pero yo, la amargada, los trepé a un taxi. Viajé un rato con la rodilla de Ivanov enterrada en mi muslo, mientras que él, Anel y mi hermana se echaban una geta.
Eso sí, antes de llegar todos a mi casa nos paramos en una taquería para recetarnos unos al pastor con su salsa bien picosa. Aquello sin duda ayudó a que todos regresáramos más tranquilos y sobrios. Mi hermano negoció con otro taxista y de nuevo todos adentro al meritito estilo de los contorsionistas del Circo Chino de Pekín. En cuanto llegamos mi papá se asomó por la ventana y, ya más tranquilo, pudo dormir plácidamente.
El pobre de Ivanov se quedó bien dormido en el suelo del cuarto de mi hermano, ni siquiera se quiso subir a la cama; a Anel le tocó en mi recámara, en donde, por fortuna, había menos tiradero que de costumbre. Extrañamos tanto al buen Javier… pero que conste que lo anduvimos buscando. Esta fue la historia. A ver qué día Tu Rock es Votar nos invita a otra fiestecita.
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Por si toma…
Si lo invitan a una fiesta de primer nivel como la de José Cuervo, por favor evite comentarios como “le pusieron algo a mi bebida” o “el alcohol estaba adulterado”, deje de lado la paranoia y no vaya a creer que le pusieron éter a los hielos. De lo contrario, el resto de la concurrencia pensará que es usted de a tiro muy pen..jo, bueno, muy güey.
He aquí algunas recomendaciones que quizás usted quiera tomar en cuenta a la hora de chupar, para evitar, así, andar haciendo el ridículo por la vida:
*No tome bebidas alcohólicas sin antes haber ingerido algún alimento sustancioso.
*(Para las mujeres). No beba en estado de embarazo, ni tampoco le oculte a su novio que está embarazada.
*Si no acostumbra empedarse con frecuencia, comience el proceso de forma lenta y paulatina.
*No es muy recomendable alcoholizarse bajo los influjos de otras drogas.
En fin… ¿por qué existe gente dañada que cree que la vida conspira en su contra a cada momento? Todavía de que unos los invita en buen plan y chido, los amigos de Vladimir se ponen de mamones. Pero que quede claro que lo hice por él, para que tuviera con quien regresarse; va a ver qué día lo vuelvo a andar tomando en cuenta, esto ya fue demasiado y fue la última vez.
Si lo invitan a una fiesta de primer nivel como la de José Cuervo, por favor evite comentarios como “le pusieron algo a mi bebida” o “el alcohol estaba adulterado”, deje de lado la paranoia y no vaya a creer que le pusieron éter a los hielos. De lo contrario, el resto de la concurrencia pensará que es usted de a tiro muy pen..jo, bueno, muy güey.
He aquí algunas recomendaciones que quizás usted quiera tomar en cuenta a la hora de chupar, para evitar, así, andar haciendo el ridículo por la vida:
*No tome bebidas alcohólicas sin antes haber ingerido algún alimento sustancioso.
*(Para las mujeres). No beba en estado de embarazo, ni tampoco le oculte a su novio que está embarazada.
*Si no acostumbra empedarse con frecuencia, comience el proceso de forma lenta y paulatina.
*No es muy recomendable alcoholizarse bajo los influjos de otras drogas.
En fin… ¿por qué existe gente dañada que cree que la vida conspira en su contra a cada momento? Todavía de que unos los invita en buen plan y chido, los amigos de Vladimir se ponen de mamones. Pero que quede claro que lo hice por él, para que tuviera con quien regresarse; va a ver qué día lo vuelvo a andar tomando en cuenta, esto ya fue demasiado y fue la última vez.