Me caga la gente que pretende ser “inofensiva” y en realidad te puede partir la madre. Me caga. Me molesta que se hagan los desentendidos, como si sus acciones le pertenecieran a alguien más, como si en realidad no supieran lo que están haciendo. Te lastiman involuntariamente, nunca pretendieron causar ningún daño, esa nunca fue su intención…
Y mientras ya te amargaron el día, la semana o, en el peor de los casos, varios meses de tu vida. Son ellos: los “chinga quedito”, esos que trabajan por debajo del agua, esos que nunca serán capaces de dar la cara, ni de aceptar que en verdad entregan su máximo esfuerzo por hacerte sentir mal. Son la “amiga” envidiosa, la tipa ardida o el wey que te confunde en su confusión.
Siempre tienen algo amable que decir, algo en detrimento de tu autoestima, alguna “crítica constructiva” basada en su frustración y lo aburrido de su existencia. Y fingen que te quieren, que en verdad te aprecian; y hay algunos tan enfermos que hasta se la llegan a creer. Son peligrosos y dañinos.
Me caga esa gente que se roba tu confianza y luego te restriega en la cara tu ingenuidad. Me caga que al final ya no haya modo de recuperar el tiempo perdido. No soporto su indolencia… se cuelan en tu vida y después gozan con tu aflicción y no te quieren dejar ir. En la vida no te topas con muchos, pero los que se te atraviesan son manchados y difíciles de olvidar.
Me pregunto si todos tenemos el recuerdo de alguien así. Me pregunto si sólo yo me he topado con una “amiga” gandalla que me quiere “terapear”, o con un individuo que encontró su felicidad en hacerme desatinar una y otra vez. Me pregunto si esta es una de tantas cosas que, por alguna extraña razón, sólo me ocurren a mí.
Yo soy rete’ buena gente, pero en el momento en que les caigo en su teatrito a todos les aplico la misma: homicidio mental... los borro de mi memoria y dejan de existir; rehuyo de ellos ante cualquier amenaza de un posible encuentro. Ni modo que yo solita me ponga a modo para que me frieguen con mayor facilidad.
Es molesto que lleguen con sus “buenas intenciones” y que pretendan juzgar mi vida cuando la suya es un desmadre. Es intolerable que abusen de mi buena voluntad y metan el dedo en la llaga hasta que casi me retuerzo de dolor. Es inadmisible que por su cabecita pase la peregrina idea de que uno tiene que soportar sus pendejadas nada más porque sí.
Así son ellos, jamás cambian, a menos que sea de víctima; y luego se lamentan de que la vida los trata mal, de que “nadie los quiere”… Como diría mi amiga Dolores “y no es por ser mala onda, pero…”, pero ELLOS SE LO MERECEN. Como expresan los New Radicals: “You get what you give”.
Bendita sea la ley del Karma que nos ahorra incomodidades y pérdida de tiempo, bendito sea Dios que uno no tiene que andar desperdiciando el privilegio de la venganza con cualquiera…
Cuando piensas lo que piensas
Debajo del Promedio
Apoco crees que no
Me había dado cuenta
Que no sabías besar
Y quieres pretender
Que para ti no soy tan importante
Cuando en verdad lo soy
Pero aún así, siempre hay algo más
Que no sé de ti
Otra vez
Comenzó a llover
Sobre mí y no me mojo
Aunque tengas lo que quieres siempre pides más
Y al final de todo tú
No tienes nada que dar
Podrás vivir en tu mentira
Con tu manera de arruinarme el momento
Sólo con decir lo que piensas
Y sabes bien cómo
Hacerme sentir mal
Por lo que nos pasó
Juegas también a ser
La víctima del cuento
Que escribiste tú
En donde yo soy
El príncipe que nunca llegó
O tal vez decidió no intentar llegar…
No pienso tirar
La primera piedra, tal vez,
Lleva mi nombre escrito
Otra vez
Comenzó a llover
Sobre mí y no me mojo
Aunque tengas lo que quieres siempre pides más
Y al final de todo tú
No tienes nada que dar
Podrás vivir en tu mentira
Con tu manera de arruinarme el momento
Sólo con decir lo que piensas
Y mientras ya te amargaron el día, la semana o, en el peor de los casos, varios meses de tu vida. Son ellos: los “chinga quedito”, esos que trabajan por debajo del agua, esos que nunca serán capaces de dar la cara, ni de aceptar que en verdad entregan su máximo esfuerzo por hacerte sentir mal. Son la “amiga” envidiosa, la tipa ardida o el wey que te confunde en su confusión.
Siempre tienen algo amable que decir, algo en detrimento de tu autoestima, alguna “crítica constructiva” basada en su frustración y lo aburrido de su existencia. Y fingen que te quieren, que en verdad te aprecian; y hay algunos tan enfermos que hasta se la llegan a creer. Son peligrosos y dañinos.
Me caga esa gente que se roba tu confianza y luego te restriega en la cara tu ingenuidad. Me caga que al final ya no haya modo de recuperar el tiempo perdido. No soporto su indolencia… se cuelan en tu vida y después gozan con tu aflicción y no te quieren dejar ir. En la vida no te topas con muchos, pero los que se te atraviesan son manchados y difíciles de olvidar.
Me pregunto si todos tenemos el recuerdo de alguien así. Me pregunto si sólo yo me he topado con una “amiga” gandalla que me quiere “terapear”, o con un individuo que encontró su felicidad en hacerme desatinar una y otra vez. Me pregunto si esta es una de tantas cosas que, por alguna extraña razón, sólo me ocurren a mí.
Yo soy rete’ buena gente, pero en el momento en que les caigo en su teatrito a todos les aplico la misma: homicidio mental... los borro de mi memoria y dejan de existir; rehuyo de ellos ante cualquier amenaza de un posible encuentro. Ni modo que yo solita me ponga a modo para que me frieguen con mayor facilidad.
Es molesto que lleguen con sus “buenas intenciones” y que pretendan juzgar mi vida cuando la suya es un desmadre. Es intolerable que abusen de mi buena voluntad y metan el dedo en la llaga hasta que casi me retuerzo de dolor. Es inadmisible que por su cabecita pase la peregrina idea de que uno tiene que soportar sus pendejadas nada más porque sí.
Así son ellos, jamás cambian, a menos que sea de víctima; y luego se lamentan de que la vida los trata mal, de que “nadie los quiere”… Como diría mi amiga Dolores “y no es por ser mala onda, pero…”, pero ELLOS SE LO MERECEN. Como expresan los New Radicals: “You get what you give”.
Bendita sea la ley del Karma que nos ahorra incomodidades y pérdida de tiempo, bendito sea Dios que uno no tiene que andar desperdiciando el privilegio de la venganza con cualquiera…
Cuando piensas lo que piensas
Debajo del Promedio
Apoco crees que no
Me había dado cuenta
Que no sabías besar
Y quieres pretender
Que para ti no soy tan importante
Cuando en verdad lo soy
Pero aún así, siempre hay algo más
Que no sé de ti
Otra vez
Comenzó a llover
Sobre mí y no me mojo
Aunque tengas lo que quieres siempre pides más
Y al final de todo tú
No tienes nada que dar
Podrás vivir en tu mentira
Con tu manera de arruinarme el momento
Sólo con decir lo que piensas
Y sabes bien cómo
Hacerme sentir mal
Por lo que nos pasó
Juegas también a ser
La víctima del cuento
Que escribiste tú
En donde yo soy
El príncipe que nunca llegó
O tal vez decidió no intentar llegar…
No pienso tirar
La primera piedra, tal vez,
Lleva mi nombre escrito
Otra vez
Comenzó a llover
Sobre mí y no me mojo
Aunque tengas lo que quieres siempre pides más
Y al final de todo tú
No tienes nada que dar
Podrás vivir en tu mentira
Con tu manera de arruinarme el momento
Sólo con decir lo que piensas
7 comentarios:
Kiubo
Pues, siempre hay de esas personas, pero, lo unico que puede hacer uno es alejarse y sacarlas a como dé lugar de nuestras vidas.
La Vida es muy hermosa como para tener que estar soportando a personas que se empeñan en hacernos sentir mal.
Saludos
En mi perfil puse que soy un chinga quedito, ¿ya no me quieres?
Frodo triste.
pues de vez en vez soy medio cuchillito de palo... creo que dejaré de serlo.
Saludos
te deschongaste china!!
ta ra ra ra HEY ta ra ra ra
ta ra ra ra HEY ta ra ra ra
Hola china:
Jo, creo que de esas abundaban en el primer semestre. Me da algo de risa, porque finalmente el Karma dio a cada cual su parte.
Te mando un abrazo, nos vemos pronto. (Acuerdate que tenemos un café pendiente)
Mayra
Unas de esas personas por lo regular son mitómanas, hipocondriacas o padecen de déficit de atención. Otras nomás son culeras.
Lo siento Penélope, una chica como tú no puede formatearse el cerebro y hacer como si no existieran.
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