miércoles, febrero 1

Año Nuevo...CHINO

“¿Alguna vez usted se ha preguntado: De qué color la tengo?”… El aura, el aura… Lo que la voz anuncia son los poderes sobre naturales de Suang Lee; él sí sabe de qué color la tiene y, si se la ve muy sucia, tirándole a negro, pues… ¡Se la limpia! El aura, el aura…

Dentro de una construcción de utilería que imita una pagoda, Suang Lee se dedica a limpiar el aura de quienes así lo desean. Mientras tanto, un hombre funge como animador: “Suang Lee limpia auras, las auras de los mexicanos, los mexicanos siempre devotos; porque nadie quiso tanto al Papa Juan Pablo II como el pueblo de México”.

Suang Lee es sólo una de las muchas atracciones que se presentan en el Barrio Chino de la Ciudad de México, en el marco del gran festejo del Año Lunar 4703. Se despide el Gallo y todos le dan la bienvenida al mejor amigo del hombre. Tres días continuos de celebración (27, 28 y 29 de febrero) para que el Año del Perro traiga consigo abundancia y fortuna.
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La mezcolanza…
Por fuera parece una tienda de artículos chinos como cualquiera, la sorpresa viene cuando los compradores cruzan el umbral y se adentran en el mundo de la superstición. Allá, hasta el fondo, se encuentra un altar que rinde culto a la Santa Muerte. “Por 1 dólar, yo te daré 10,000 más. Así sea”, como respuesta a este ofrecimiento, una larga hilera de billetes pende de un tendedero.

¿Qué significa el perro en el zodiaco chino? En el establecimiento esas preguntas no se responden así como así: “Puedes hacer cualquier pregunta acerca de los precios, pero si quieres saber eso, pues compra uno de los libritos. Estamos muy ocupados como para andar platicando”. De todas formas, no hay ni un chino en ese local.

Sobre esa misma acera trabaja un “doctor brujo” (“uuu iii uuu ah ah, ding, dong, wala, wala, bim, bom/ uuu iii uuu ah ah, ding, dong, wala, wala, bim, bom…”), vestido con un traje de manta blanca, aquel hombre dice utilizar las técnicas ancestrales chinas. Sus herramientas de trabajo son incienso, cuarzos y yerbas que más bien recuerdan una escena de santería en Catemaco.
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Made in China
Tiendas atiborradas de gente, en algunos casos los compradores deben formarse y esperar su turno para entrar. Las mercancías son casi las mismas en todos los establecimientos: artículos esotéricos (figuras de Buda, galletas de la suerte, amuletos), ingredientes para preparar comida típica (pasta para tallarines, arroz, salsa de soya), medicina herbolaria (tes, “pomada del tigre”, suplementos alimenticios) y “chácharas” en general (adornos, artículos para el hogar, bisutería).

Además de las tiendas debidamente establecidas (Oriental, San-Na, Pabellón Chino, Wing Lu, Comercializadora Hong Kong, Asia Shop, Importadora Tong Fong y Lee Hou), también los vendedores ambulantes aprovechan la festividad para hacer su “agosto” a finales de enero. Por todos lados se ve al Perro: estatuillas, llaveros, pulseras, collares, lámparas…

¿Qué implica la llegada del nuevo año? Una empleada de Wing Lu no duda en responder: “El año del Perro será de abundancia para todos”. Acto seguido, entrega un tríptico conmemorativo que contiene las predicciones para cada uno de los signos, dicho material es de distribución gratuita.
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¿Y de comer?
Por supuesto la comida china está presente. Rollos primavera, arroz, pan al vapor, tallarines, fideos y chop sui conforman la muestra gastronómica; todo aderezado, por supuesto, con salsa de soya. De beber no hay nada representativo, algunos acompañan sus alimentos con una Coca-Cola, otros prefieren comprar un jugo de lata elaborado en aquel país asiático.

Una gran cantidad de personas come en la calle, nueve restaurantes (Chung King, Oriental, Shangai, Cuatro Mares, Hong Kong, Meir Hour, Tong Fong, Beijing y Café Lucky) resultan insuficientes. En uno de los puestos surge un problema de entendimiento, la mujer china no comprende lo que le piden: “¿Diez rollos primavera?... ¿Tres?...” Un ademán, acompañado de un aumento de volumen en la voz, aclara: “Seis rollos primavera”.

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La danza del Dragón
Sin duda el momento más esperado de la festividad es la llamada Danza del Dragón. Al filo de las siete de la noche la gente se arremolina en la angosta calle de Dolores, el sonido del tambor indica que todo está listo para comenzar. Los tres dragones comienzan a moverse rítmicamente de un lado a otro, al compás de la música tradicional china.

El sol se ha ocultado y los faroles rojos brillan en la oscuridad. El dorado de las guirnaldas contrasta con los colores metálicos de aquellos animales míticos que tanto fascinan a los presentes. Algunos aplauden, otros mueven la cabeza al ritmo de la melodía, los más, miran asombrados, con un peculiar brillo en los ojos y hasta con una sonrisa dibujada en el rostro.

Todos quieren tocar a los dragones, los convierten en fetiches. Mientras tanto, los bailarines hacen gala de sus dotes acrobáticos, cuando el dragón crece es porque uno de ellos se sube a los hombros de su compañero. La danza no es sencilla, el movimiento es detallado, parte por parte: la cabeza (incluidos los ojos y la boca), el cuerpo y la cola.

Llueven dulces sobre los presentes, fueron arrojados al aire por los dragones. Minutos más tarde termina la danza, los asistentes se dispersan y, al igual que el gallo, se despiden del Barrio Chino. La celebración ha terminado y el Año Perro comienza su curso.

7 comentarios:

Chitiva dijo...

Vaya mescolanza de costumbres y creencias chinas con toques mexicanos.
Me quedé pensando en lo del aura. No sé qué signifique pero yo creo que tengo el aura verde. Que por qué, pus porque yo así lo siento. No más por que sí.

Te mando un abrazo Chinita

Mandarina dijo...

¡Chales! Fui ese día del que hablas a la calle de Lamentos, ah no...Dolores y para entrar a las pinchurrientas tienditas había qe hacer cola como de las tortillas.
Eso no fue lo peor, sino que me formé pues, no obstante adquirí unos dulces de arroz buenérrimos que saben más a lechera que a otra cosa. ¡Ah! y un farolito rojo que prende re bonito, por sólo 10 pesitos. ¡Una ganga!
¿Lo demás? Duh, había un chorro de gente con perros que sobresalían de sus cabezas cual procesión canina.
Saludos.

Sil dijo...

Ah, yo también andaba por ahí, pero no vi la danza del dragón de las 7 pm.

Yo también me quedé pensando en mi aura. La mía ha de estar negra o cerca, ja.

Los dragones que ví más temprano no aventaban dulces. Chale, aunque me da miedito porque o los dulces pegan o te pega la gente queriendo agarrarlos. :P

Por cierto, el bufet de comida china que está en la calle Motolinia está bien bueno y bara-bara.

Saludos y feliz año del perro de fuego para ti! Yo sí me compré mi figurita porque ps soy perro.

Anonimo dijo...

Kiubo

El aura... mm... mi aura debe de ser roja... me encanta ese color... y pues en los signos zodiacales chinos soy un Dragón... ¿que me deparará el destino este año segun el horoscopo chino?

Saludos

Frodo dijo...

Siempre que hay cambio de año los chinos llevan al animal que entra y al que sale ¿verdad?
Cuando sea nuevamente año del Dragón (que es mi año), ¿Cómo le van a hacer? ¿Llevarán un dragón de Comodo? ¿Un Dragonzito de esos de chilito (mmmm, los de chabacano)? ¿Una estampita de Dragon Ball Z?

Frodo de chabacano.

Anónimo dijo...

lo más impresionante de todo es como puedes narrar con tanta exactitud la danza del dragón, si yo ví que solo tenías ojos para ese jovenzuelo aprendiz de bailarín karateca!...
en fin buen año del perro jabalí!

pd. "el jabalí o cerdo este año se comportará como perro"...¿eso es bueno?..mmm... con que no nos de por marcar nuestro territorio...

Cecilia Guadarrama dijo...

Feliz año del can, Chinísima.
No soy muy fan de estas celebraciones, pero me uno a la alegría... todo sea por lavar un poco mi aura.
Por cierto, hay un buffet buenísimo de comida china en Torres Adalid casi esquina con Insurgentes, cerquita del WTC.
Mmmmmm... salsa agridulce.
¡Besos!