viernes, septiembre 30

El microbús de la felicidad

Fue como un sueño, como un sueño hecho realidad…

Subí al microbús, el chofer me saludó con amabilidad y agradeció cuando pagué por el servicio. Se escuchaba una canción de La Mafia: “Me estoy enamorando hoy de ti, pero perdidamente/yo que tanto decía que jamás me volvería a pasar…”

Y todo en el microbús era armonía y dulzura; nada de empujones o malas caras. Ahora Oscar de la Rosa interpretaba otro éxito mafioso: “Cómo me duele amor, quererte y no tenerte/eres mi buena suerte, te debo lo que soy…” . Yo feliz, inspirada…

Diez de la mañana, tránsito fluido. Que me agarra el sentimiento. “Esa no porque me hiere”, pero ni modo, La Mafia tiró duro y a matar: “Porque me duele estar solo, aunque así es mi destino/estar toda la vida contigo, eso hubiera querido/porque me duele estar solo, después de haberte tenido/será muy dura la soledad, después de todo lo vivido…”

Extraño caso, decidí —en vez de echarme mi clásica geta— dedicarme a mirar por la ventana: leí los nombres de las calles, puse atención en los anuncios, me percaté de muchos detalles que, por años y años, me habían pasado inadvertidos.

Me hubiera puesto a bailar, pero a veces me gana la timidez. ¿Cómo evitar emocionarme? ¿Cómo evitar que mi cabeza se moviera de un lado a otro al ritmo de la música?: “Un millón de rosas, por lo que has hecho conmigo/serían pocas, te digo, si te has llevado el dolor…”

El disco que escuchaba el chofer (Lo mejor de La Mafia) es el favorito de mi papá y yo me sé toooodas las letras. Recuerdo que mi “jefe” lo compró por una canción en especial, una que también le gusta a mi mamá, es algo así como “su canción”: “Vives dentro de mí, en el alma te siento/me alimento de ti, no te aparto un momento/ para amarte nací, te escapaste de un cuento/que de niño aprendí, te esperaba y no miento…”

En mi mente aún queda el recuerdo de la última canción que escuché en aquél microbús de la Ruta 11: “Y quiéreme, ahora y siempre/que con tus besos y tus caricias me voy a ahogar/y quiéreme, aunque me muera/que por razones mías y mías, eres la primera…”

Ni modo, todo lo que comienza tiene que terminar. Llegó el final del viaje, le di las gracias al microbusero quien, valga decir, tuvo la enorme amabilidad de ayudarle a bajar a una anciana enferma. Todo fue como un sueño, como un sueño hecho realidad…

jueves, septiembre 22

"Con todo respeto..."

Este post se lo dedico a mi amiga Zoila, quien a diario lucha por enfrentar un mundo cada vez más desvalorizado… Un fuerte abrazo.



-- Mamá, tengo algo que decirte (aflicción en mi rostro)
-- ¡No me digas que estás embarazada! (risas)
-- Uy, sí, ¿recuerdas la historia de la virgen María?...
-- ¿Apoco vas a concebir sin antes haber pecado? (más risas)

¡Chales! y yo que sólo quería confesarle que me había tomado el último chisguete de su refresco dietético… El caso es que aprovecho este incidente para externar un reclamo; advierto que seré parcial, terca y hasta viceral.

De una u otra forma, el mundo me juzga; haga lo que haga nunca voy a quedar bien, eso es un hecho. Creo que a estas alturas poco me importa la aceptación social, pero, para que el asunto se empareje un poco, hoy quiero hacer del conocimiento del mundo una queja: ¿por qué nos hemos olvidado del amor?

Aristóteles decía que “el amor a sí mismo es requisito indispensable para poder amar a alguien más”, segurito que ahí está el meollo del asunto… En estos tiempos, ¿quién de verdad se ama a sí mismo? No hablo de egoísmo, sino de la capacidad de respeto hacia nuestra propia persona.

Mi mamá hace ese tipo de chascarrillos porque sabe que “entre broma y broma, la verdad se asoma”; así es, ella bien sabe que aún no inauguro el “changarro” (jajaja), no se lo he dicho, pero lo intuye. Con respecto a la sexualidad, siempre he respetado la forma en que los demás piensan, pero, por esta ocasión, ejerceré mi derecho a externar mi opinión y que también la respeten.

La tele es sexo, la Internet es sexo, el mundo es sexo… El sexo, como lo explica Fromm en su libro El arte de amar, es una mercancía de consumo. Sexo al desnudo, sexo cínico, sexo que jamás tendrá nada qué ver con el amor. Sexo que hace del humano un objeto, sexo que refleja la falta de amor hacia uno mismo, hacia el propio cuerpo.

¿Qué ocurre con quien no entra en el juego? Es un tonto, un perdedor, un “cerrado”. En la sexualidad, como en los empleos, lo que más importa es la experiencia… No me da miedo el asunto, mucho menos me avergüenza, más bien me entristece darme cuenta de que me equivoqué de época, o tal vez de planeta.

¿Sirve de algo el sexo sin amor? No lo sé, no lo he probado. Nunca me he caracterizado por actuar instintivamente, tampoco soy de esas personas caprichosas que sólo buscan satisfacer sus “necesidades” y deseos, ni modo, tengo sentimientos. Soy tan ingenua que construyo afectos, establezco lazos, me involucro…

He pensado en la posibilidad. Simplemente me acuesto con el primer individuo que me haga “ojitos”. “Una noche de copas, una noche loca”, al día siguiente el susodicho olvida hasta mi nombre. Tal hipótesis puede no ser tan descabellada. ¿La experiencia me hizo una mejor persona? ¿Gané algo? Cuando tome una decisión tan importante quiero, por lo menos, poder confiar en el otro, saber que no me va a usar cual si fuera yo un “kleenex”.

Hace algunos días escuché a una compañera decir algo muy cierto: “Nadie nace con la condición de ser humano, ésa se gana a través de la vida y mediante nuestros actos. Debemos aprender a ser humanos”. La virginidad no hace la diferencia, pero el respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás, sí; el amor nos enseña a ser humanos.

Como dicen, “cada quien puede hacer de su vida un papalote”. Yo no juzgo a nadie, sólo pido que respeten mi derecho a creer en el amor.



El amor después del amor
Fito Páez

El amor después
Del amor tal vez
Se parezca a este rayo de sol
Y ahora que busqué
Y ahora que encontré
El perfume que lleva el dolor.

En la esencia de las almas
En la ausencia del dolor
Ahora sé que ya no puedo
Vivir sin tu amor.

Me hice fuerte ahí
Donde nunca vi
Nadie puede decirme quién soy
Yo lo sé muy bien
Que aprendí a querer
El perfume que lleva el dolor.

En la esencia de las almas
Dice toda religión
Para mí qué es el amor
Después del amor…

El amor después
Del amor tal vez
Se parezca a este rayo de sol
Y ahora que busqué
Y ahora que encontré
El perfume que lleva el dolor.

En la esencia de las almas
Dice toda religión
Para mí qué es el amor
Después del amor…

Nadie puede
Y nadie debe
Vivir, vivir sin amor
Nadie puede
Y nadie debe
Vivir, vivir sin amor.

Una llave
Por una llave
Y esa llave es mi amor
Una llave
Por otra llave
Y esa llave es tu amor.

domingo, septiembre 18

WoNdEr WoMaN


De niña ella me asombraba por cocinar tan rico, porque era capaz de curarme una rodilla raspada, porque siempre tenía la respuesta a todas mis preguntas… Más tarde, durante mi adolescencia, me enfrenté a ella…

Mamá, entiende que quisiera ser como tú, entiende que no encuentro la forma de ser yo… Mamá, entiende que te admiro como no tienes idea, que siento mucho miedo de fracasar en el intento… Mamá, entiende…

Mi papá decía que yo era toda como ella: “la misma voz, los mismos rasgos y los mismos gestos”. Y me enorgullecía parecerme a ella, y quería hacer todo como ella lo hubiera hecho, pero a veces era demasiado peso sobre mis hombros.

Y sobrevino el egoísmo, olvidé la palabra GRATITUD. Me empeñé en hacerle creer que no me importaba nada relacionado con ella, que yo rompería con cualquier lazo, que todo se había quedado en el pasado, porque yo había “crecido”.

Pobre adolescente tonta, sin la más mínima idea de lo que significa vivir; pobre niña que jugaba a ser adulta. Menos mal que al madurar (si tenemos el privilegio de lograrlo) la vida nos brinda la oportunidad de corregir nuestros errores.

Hoy pienso en el pasado y reflexiono sobre el presente. Soy adulta, miro a Marisa con otros ojos: Ella, una mujer independiente, comprometida; una excelente madre y una gran profesora. Una mujer que cumplió su sueño de terminar una carrera universitaria, sin que ello significara abandonar a su familia.

Y me da gusto parecerme a ella. De Marisa he aprendido que la feminidad es mucho más que ropa y maquillaje. Ella me ha demostrado que ser mujer (en toda la extensión de la palabra) significa luchar a diario y ganarse un lugar a través del esfuerzo, la tenacidad y la inteligencia.

Un muy feliz cumpleaños para la Wonder Woman. Mamá, te quiero con todo mi corazón.



Tú te vas cada vez más lejos
Tanto que no te puedo alcanzar
Y es que ya no nos comprendemos
No sé cómo nos pudo pasar.

Ahora que abro los ojos
Ya no te puedo reconocer
Y creo que los más seguro
Es que pronto te voy a perder.

Ya no quedan más palabras
He dicho lo que pude decir
Esperaba que comprendieras
Que vieras todo lo que hay en mí.

Tú te vas cada vez más lejos
Tanto que no te puedo alcanzar
Y es que ya no nos comprendemos
No sé cómo nos pudo pasar.

Cada vez escuchas ya menos
Mientras que yo grito mucho más
Todo se ha ido perdiendo
Y quizá no se pueda salvar.

A veces pienso que es muy tarde
Que esto no se solucionará
Quizá no tenga remedio
Yo cambio, pero tú no cambiarás...

Tú te vas cada vez más lejos
Tanto que no te puedo alcanzar
Y es que ya no nos comprendemos
No sé cómo nos pudo pasar.

sábado, septiembre 17

Dolor de... Cabeza (Parte II)

Estas líneas son en honor a la sinceridad de la comunidad bloggera.

Muy bien. Y si me gusta alguien ¿qué?; y si no me pelan, ¿qué?; y si sufro, ¿qué?; ¿y si sí me quiero enamorar? Todos ustedes tienen razón, vivir significa tomar riesgos; no sé por qué me he vuelto tan amargada. ¡Qué vergüenza!, ser siempre tan intrépida y venir ahora con tonterías. Soy mujer de carácter, así que no voy a negar mis sentimientos.

En este momento escucho una rola que me llega al corazón, seguramente eso influye en mi actual estado de ánimo, seguramente también influye haber cenado mi pozolito y haber leído los comentarios del anterior post. Tal vez parezca voluble, pero he cambiado de opinión, ahora me provoca menos pánico la idea de llegar a equivocarme.

Por hoy, menos líneas. Como en otras ocasiones, dejaré que una canción hable por mí…


Drems can come true
Grabrielle
***
Move a step closer you know that I want you
I can tell by your eyes that you want me too
Just a question of time I knew we'd be together
And that you'd be mine I want you here forever
***
Do you hear what I'm saying gotta say how I feel
I can't believe you're here but I know that you're real
I know what I want and baby it's you
I can't deny my feelings because they are true
***
Dreams can come true
Look at me babe I'm with you
You know you gotta have hope
You know you gotta be strong
***
Dreams can come true
Look at me babe I'm with you
You know you gotta have hope
You know you gotta be strong
***
I've seen you sometimes on your own and in crowds
I knew I had to have you my hopes didn't let me down
Now you're by my side and I feel so good
I've nothing to hide don't feel that I ever could
***
Do you hear what I'm saying gotta say how I feel
I can't believe you're here but I know that you're real
I know what I want and baby it's you
Can't deny my feelings because they are true
***
Dreams can come true
Look at me babe I'm with you
You know you gotta have hope
You know you gotta be strong
***
Dreams can come true
Look at me babe I'm with you
You know you gotta have hope
You know you gotta be strong
***
I'm not making plans for tomorrow let's live for tonight
I know I want you baby so hold me so tight
Put your arms around me you make me feel so safe
Then you whisper in my ear that you're here to stay
***
Dreams can come true
Look at me babe I'm with you
You know you gotta have hope
You know you gotta be strong

jueves, septiembre 15

Dolor de... Cabeza

Me duele la cabeza como si estuviera cruda, sólo que yo jamás me he embriagado. Me duele la cabeza, y estoy molesta, y estoy triste, y estoy confundida y me acuerdo de esa canción de Raily Barba que dice “no era necesario/hacerme sentir/el cielo y el suelo/en medio de un sí…

Me duele la cabeza porque no dormí bien anoche, porque me pongo a darle mil vueltas a asuntos intrascendentes, porque me hace falta un empleo, porque me sobra tiempo. Y me quedo como tonta, con la mirada fija en la barra de herramientas del procesador de textos… Necesito un procesador de vidas…

No sé por qué últimamente han venido a mi mente algunos recuerdos dolorosos. Son como predicciones de situaciones que pueden repetirse en el presente, como advertencias acerca de lo triste que resulta ilusionarse cuando, de antemano, la situación está perdida.

Aunque sé que ya es necedad, por ahora sólo tengo una exigencia: no quiero que nadie vuelva lastimarme nunca más. No quiero un huecote en el pecho, no quiero lagrimillas, ni quiero culpas; no quiero nochecitas de insomnio y dolor de cabeza.

En resumen, y aunque suene a canción popera chafa, “no me quiero enamorar”. ¡No, no y no!, aquí mando yo, así que no me vengan con babosadas. Nadie va a fastidiarme la vida; nadie va a desacomodar mis planes, ni a arruinar mi existencia.

Así que el mundo debe prepararse, porque está a punto de conocer a otra China, versión nueva y mejorada. Una China a prueba de amores frustrados y cursilerías…
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Recordando los grandes años del rock and roll

Mi papá tiene un tino… hoy en la mañana puso un disco de éxitos de los 60’s y esta fue la primera rolita que empezó a sonar… Recuerdo que Lucero hizo una versión medio chafa, pero la original la interpretaba Mayté Gaos.

Vete con ella vida
Pues sé que tú la quieres
Aunque no me lo digas
A ella no la olvidas.

Vete con ella vida
Y que sean muy felices
Vete con ella mi amor.

Yo lloraré, ahahah
Me hace muy bien, ohohoh
Encontraré
Otro querer.

Por eso hoy
Vete de mí
Y que seas con ella muy feliz.

domingo, septiembre 11

¿Diferente?

No tengo NADA de DIFERENTE. Soy naca a más no poder, me gusta la música de los Kumbia Kings y las canciones de Víctor García

Soy una persona “X”, vivo al lado de unos traileros, en una calle que se distingue por su “jueves de tianguis”. De niña estudié en una primaria pública, mis “profesoras” eran de esas que se iban a chismosear con la colega de junto mientras nos entretenían con una numeración de 3 en 3, en números romanos y hasta llegar al mil.

Colecciono la revista de Memín Pinguín y compro ropa en la temporada de “rebajas sobre rebajas”. Odio los antros, no bebo ni fumo; mis únicos vicios son la comida que prepara mi madre, los chocolates y la música. De verdad que no soy diferente, soy una de las muchas personas que se jetean en el micro, en el metro y en donde pueden.

No pertenezco al “jet set”, las convenciones y exigencias de la moda no están hechas para mí. Casi siempre me pongo lo primero que encuentro y, en definitiva, antes que el maquillaje están los diez minutos más de sueño que puedo aprovechar. Soy prototipo de lo “anti-sepsy”, no se me dan las poses y, ante todo, busco sentir comodidad.

Mi vida es ligera, ligerita, no armo mucho drama, nunca llegaría a ser digna protagonista de una novela. Me es imposible mantenerme enojada; ante un momento gracioso es seguro que me gana la risa. No soy intelectual, arrebatadora ni cosmopolita. ¿Para que engañarme? No soy diferente.

viernes, septiembre 9

Recordatorio

Escribí una pequeña crónica del día en que nos conocimos, desde entonces hasta la fecha han ocurrido muchos sucesos… Que nos entendemos y que no nos entendemos, que estamos de acuerdo y que a veces no tanto, que nos vemos seguido y que de repente se desaparece.

En fin que todo es parte de lo mismo y los últimos meses me he divertido mucho; vemos películas, visitamos algún museo o nos da por irnos a chacharear. Hablamos de música, de cine, de extraterrestres, de libros…

Vlado, espero que tengas un MUY FELIZ CUMPLEAÑOS. Como regalo te otorgo mi perdón por haberme ganado dos veces consecutivas en el ajedrez; del mismo modo, te disculpo por haberme llamado “pequeña mujercita indefensa”, ja-ja, muy chistoso, ¿no?

Diviértete, un gran abrazo.

Jimmy Eat World
Sweetness
***
If you're listening, woah...
Sing it back, woah...
String from your tether unwinds, woah, oh,oh, oh.
Up and outward to bind, woah.. oh.
***
I was spinning free woah...
With a little sweet and simple numbing me.
***
Are you listening? woah...
Sing it back, woah...
So tell me what do I need, woah, oh, oh, oh.
When words lose their meaning, woah oh.
***
I was spinning free, woah...
With a little sweet and Simple numbing me.
***
Stumble till you crawl, woah...
Sinking into sweet uncertainty.
***
Ooooh, ooooh, ooooh, ooooh.
Ahhh, ahhh, ahhh, ahhhh.
***
(Are you listening, Are you listening?...)
***
If you're listening, woah...
(If you're listening, are you listening?)
Sing it back, woah...
(If you're listening, are you listening?)
I'm still running away, woah, oh. woah..
I won't play your hide and seek game woah...
***
I was spinning free, woah...
With a little sweet and simple numbing me.
What a dizzying dance, woah...
Ah, ah, ah, This sweetness will not be concerned with me.
***
No, the sweetness will not be concerned with me.
No, the sweetness will not be concerned with me.

domingo, septiembre 4

¿Qué tan normal?

Un viernes normal… Lila Downs en las famosas “islas” de Ciudad Universitaria, pachequés y tumulto. Un viernes normal… Pablo Gómez en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras, ¡eso sí que es proselitismo descarado! Un viernes normal… Me quedé en Ciencias Políticas y Sociales, resignada a escuchar a Dogma, un grupo pseudo punk cuyo vocalista de voz puberta se sentía rock star.

Ese mismo viernes normal me encontré con Omar. Hice un enorme esfuerzo por mantener alejado de mi mente el recuerdo de aquel día en que me rompió el corazón; sonreí, le seguí la conversación. Extraño caso… no se cansó de repetir que soy una de las pocas personas inteligentes que conoce, que soy diferente a todas las tipas “tontitas” que están con él en clase.

Fue normal que ese viernes diera vueltas en mi cabeza la idea de comprar un libro que, dos semanas antes, había llamado mi atención sobremanera: En algún lugar del rock; pero resultó que alguien más se me había adelantado. Fue tal la desilusión expresada en mi rostro que el tipo encargado de las ventas me mandó a una “feriecilla” del libro en Coyoacán, según él, allá segurito lo encontraba.

Y así fue, por ochenta pesos me llevé bajo el brazo a Parménides García Saldaña. No aguanté la curiosidad, tomé asiento en una banca de aquel parque y me dispuse a leer las primeras páginas… Creo que nunca había visto repetida tantas veces la palabra “coger” en una misma página. Dicen que el buen Par (como sus amigos le llamaban al autor), perteneció a la literatura de “la onda”, quizás aquello era, precisamente, demasiada “onda” para mí…

No es que sea mocha, tampoco es que sea hija de Serrano Limón, pero lo cierto es que, hasta ese momento, el libro me resultó agresivo, cuestión de gustos… No obstante, le di una oportunidad a Par. Subí al metro y, en medio de la multitud, los apretujones y el calor, continué con la lectura. Aunque me mostraba reticente, por alguna extraña razón no paraba de leer.

Ya en el microbús llegué a la página veintiocho. Fue entonces que Jaime —uno de los personajes— se convirtió en reflejo de mi enfermizo lado oscuro. Él le decía a Eugenia: “Pues recuerdo que cuando te vi sentí muy raro, digo, esas sensaciones que te llegan cuando ves a alguien que te gusta y que aunque tú no le gustes a esa persona, ella te produce una especie de suave confusión… Creo que eso fue por ti. Hecha esta aclaración me da gusto verte”.

¡¡¡¿Qué?!!! En este momento de mi vida aquellas líneas parecían una enorme burla, un “compló” venido de Dios sabe dónde. ¿Te digo algo Jaime? Eres un tonto, ja, tan tonto como la mismísima China. Sería buena idea, Jaime, que te dejaras de tonterías y no le dijeras ese tipo de cosas a Eugenia, de todas formas nada va a cambiar. ¿Podría haber algo peor?, me cae que el personaje de Par se voló la barda:

“Eugenia… sólo te pido que me ames, aunque nunca me declares tu amor. Sí, así te amo, sin pedirte nada a cambio”

En ese momento Jaime se quedó solitito, porque, eso sí, una cosa es que te guste alguien y otra muy distinta que lo ames. Ni modo Jaime, te hubiera querido acompañar en tu dolor, pero no llego a tanto. Comenzó a llover. Yo estaba sentada hasta enfrente, detrás del chofer, justo donde hacía falta un vidrio, así que empecé a mojarme. Me vi obligada a abandonar mi asiento, sólo una idea vino a mi mente: ¡Qué poca madre!

Terminé de leer a Parménides. La mitad de los relatos me gustó, los demás me causaron enojo, aburrimiento y, en el peor de los casos, indiferencia. Ese Par se pasa de “itelectualoide” y se clava mucho en sus “ondas” viajadas. Ya está comprobado que el comunismo no funciona, ya la imagen del Ché está muy choteada y se sabe que también cometió graves errores, ya se sabe en qué paró el experimento de la URSS, y que Castro está enfermo de poder. Lo de Stalin, caso a parte, tal vez Parménides no leyó mucho de su vida: líder tirano y deplorable ser humano.

A mí sólo me quedan algunas preguntas: ¿En realidad se trató de un viernes normal?, ¿Por qué diablos llegó En algún lugar del rock hasta mis manos? Lo curioso es que en un principio yo busqué a Parménides y al final terminó él buscandome a mí, lo curioso es que el viernes cerró una muy buena semana, ahora ya me siento más “alivianada”…