sábado, julio 30

Verano PE-LI-GRO-SO

¡Chalesss! Heme aquí, a punto de caer en las trampas del verano, de esta época del año con sus lluviecitas y con sus “chicos pidiendo guerra en este calor tropical”. Las vacaciones se extinguen poco a poco y, aunque han sido unas de la mejores de mi vida, creo que aún queda un deseo por cumplir.

XH China TV solicita su valiosa cooperación para hallar el paradero del sujeto “X”. No existe fotografía ni retrato hablado; sólo se sabe que vaga por algún lugar de este ancho mundo. En teoría, se trata de una búsqueda a ciegas, ahora me hallo ante la ridícula incógnita: ¿acaso eres tú, o tú, o tú?

Si alguno de ustedes conoce al sujeto “X”, dígale que no lo juzgo por su falta de metodología para poder encontrarme; dígale que disculpo la tardanza, con la única condición de que no me abandone a mi posible destino de solterona quedada (con todo y ganas). Dígale que debería darse prisa, no vaya a ser que alguien se le adelante.

Ahora bien, si eres tú el sujeto “X”, no dudes en comunicarte, de perdida mándame un mail con la dirección del parque, la biblioteca, el bar, el tianguis o cualquiera que sea el sitio en el que, se supone, nos habremos de topar. Sólo necesito “una señal chiquita”, lo demás será sencillo, cuestión de tiempo…

Y continúa mi tributo para Aleks Sintek, jajaja…

Una pequeña parte de ti

Me basta mirar
Tu sonrisa tan cerca de mí
Quisiera estar contigo
Toda la eternidad.
***
Me basta decir
Que nunca te dejaré
Te busqué tanto
Pero al fin te encontré
No te quisiera perder jamás.
***
Me basta saber
Que sólo tú puedes llenar
Toda mi vida
Con una palabra nada más
Con una caricia nada más.
***
Me basta una pequeña parte de ti
Para ser el hombre más feliz
Tan sólo con tenerte aquí junto a mí
Puedo sentir amor, tan sólo así.
***
Me basta decir
Que nunca te dejaré
Te busqué tanto
Pero al fin te encontré.
***
Me basta saber
Que sólo tú puedes llenar
Toda mi vida
Con una palabra nada más
Con una caricia nada más.
***
Me basta una pequeña parte de ti
Para ser el hombre más feliz
Tan sólo con tenerte aquí junto a mí
Puedo sentir amor, tan sólo así.

jueves, julio 28

Periodista y esclava

¿Qué son las vacaciones? El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define esta palabra como “descanso temporal de una actividad habitual, principalmente de los trabajos remunerados y de los estudios”.

¿DESCANSO han dicho? Pues cómo se ve que estos tipos de la Real Academia no viven con Marisa Zepeda López, es decir, se ve que no tienen ni la más mínima idea de lo que es tener una madre como la mía. Durante las últimas semanas, con frecuencia me viene a la mente el título de una película mexicana (bastante chafa, por cierto): Vacaciones de terror.

No hay de otra, del fenómeno vacacional no me salva ni el nuevo Batman. Si pretendo salir con las amigas mi despertador ha de sonar a eso de las 7:00 o 7:30, para que tenga chance de barrer, de lavar trastes, de hacer cualquier cosa que mi madre considere una “colaboración en las actividades del hogar”.

Si se trata de un día sin compromisos la cosa empeora. Me encuentro yo en mi cama, en posición fetal y con las cobijas hasta las orejas; son las 8:00 a.m. cuando se abre la puerta de mi cuarto y se escuchan los gritos de mi jefa: “¡¿piensas quedarte echada todo el día?! Ahí viene el camión de la basura y, te lo advierto, pobre de ti que no la tires…”

Pobre de mí. Pobre de mí que tengo que salir a la calle con atuendo de “ñora” (ya saben, pants y playerota); pobre de mí que dispongo solamente de cinco minutos para luchar contra el almohadazo y los gallos; pobre de mí, a quien el “señor basurero” siempre le pone geta porque sólo le doy un peso. Pobre de mí…

Ahora bien, ¿acaso hay quien cree que mis conocimientos prácticos son gratuitos? A mí nadie me engaña, mucho menos si de lavar el baño se trata. A lo largo de casi nueve años he probado todo tipo de productos: polvos quita sarro, limpiadores líquidos, detergentes, fórmulas cloradas… ¡Dios bendiga al Bref, con todo y su “chamugroso”!

El ritual de lavar el baño es sólo una de las actividades que conforman mi terapia ocupacional para evitar el estrés vacacional; sin duda mi madre se preocupa por mi salud mental. Las labores del hogar son un enorme abanico de posibilidades: barrer, sacudir, trapear, lavar trastes, escombrar el patio, etc., etc., etc.

Ahora puedo dar a conocer mi propia definición de vacaciones: “periodo en el que una actividad habitual (en este caso el estudio) es sustituida por otro tipo de actividades que pueden llegar a ser mucho más cansadas”. De paso, tengo todo el orgullo de afirmar que “en mi casa no me mantienen de a gratis”.

En fin, habrá quien piense que debo rebelarme, quien crea que la gente “nice” no lleva una vida como la mía. ¿Será que soy masoquista?, la verdad es que no es tan malo saberse útil…

lunes, julio 25

De Puro Churro

Salí con mis "cajas destempladas", algo desorientada. No iba a lagrimear en el transporte público, así que decidí (de puro coraje) entrar al Moro y desayunarme unos churros. Es curioso, en ese lugar las mesas están diseñadas para cuatro personas; en algunas circunstancias esta característica puede acrecentar la sensación de soledad.
***
Tomé asiento mientras esperaba que alguien me atendiera. En ese momento me percaté de que en la mesa de enfrente había un tipo que también estaba solo, al igual que yo, llevaba un periódico, el cual ojeaba de vez en vez. Sentí su mirada inisistente; tal vez mi cambio de imagen de aquella mañana no era tán ridículo como yo pensaba, tal vez...
***
Nadie me atendía. Una mesera pasó a mi lado, así que con una sonrisa --la cual, a pesar de mi mala mañana, no era fingida-- le di los buenos días y le pedí que me sirviera cuatro churros con un chocolate a la francesa. Mientras tanto, mi vecino de enfrente continuaba aferrado a la esperanza de que alguien le llevara una servilleta.
***
Paula (lo leí en el gafete de su uniforme) corría de un lado a otro; nos atendía a mí, al vecino que me miraba, a unos noviecitos quinceañeros y a una familia conformada por una pareja de esposos y dos hijos adolescentes. Yo bebía mi chocolate, fue entonces que no resistí la tentación de devolverle el coqueteo a ese moreno de camisa azul.
***
Hacía ya tiempo que no me prestaba a esos juegos. Siempre con el seño fruncido, al mirada dura y el gesto serio, siempre haciendo todo lo posible por pasar inadvertida. Creo que no fue nada desagradable saber que alguien me miraba sin la morbocidad acostumbrada, saber que alguien me miraba mientras remojaba mis churros en el chocolate.
***
Tan sólo unos veinte minutos que se fueron demasiado rápido. Quise hablarle a mi vecino de asiento, a ese moreno de camisa azul, pero algo en mí me detuvo. Él pidió su cuenta; mientras Paulina se la traía, volvió a mirarme. Puso la propina sobre la mesa, tomo su periódico y, antes de que se fuera, alcanzamos a cruzar una sonrisa. Yo le pedí a la mesera que agregara a mi cuenta cuatro churros para llevar...
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Regreso a los tiempos en que me gustaba Hanson... No lo puedo evitar, esta rola me recuerda a alguien, y no es precisamente el moreno de los churros, jajaja...
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Get up and go
***
She play guitar with her finger tips
She'll play your heart with her tender lips
She'll work it out until she makes the tips
And it's all right, yeah it's all right.
***
Holding her tight in late december
I look in the stars and I remember
She doesn't mind when you offend her
And it's all right, yeah it's all right.
***
Just a girl like you, and maybe just a
Just a guy like me, maybe we
Could take a walk on the wild side
Take a look and see.
***
Just a girl like you, and maybe just a
Just a guy like me, maybe we
Cuold take a walk on the wild side
Take a look and go
Get up and go, go.
***
What could I give, when you've got all you need?
And she looks at me like all I want's little free
Every time I'm here with you it makes me see
That is all right, but it's all right.
***
We'll get away be in love we can make it better
All I need's a little time for us to get together
Hapiness is just a step away
When it's all right, yeah it's all right.
***
Just a girl like you, and maybe just a...
***
Just a girl like you, and maybe just a...
***
Seems like love has always found a way
But there's only so many hours in the day
All that I kinow is that you're here with me
And it's all right, yeah it's all right.
***
Won't you tell me that you need me so bad
'Cause you are everything I've never had
Every time I look at you it hurts so bad
And is all right, yeah it's all right....

domingo, julio 10

Tour en Metrobús

“Esto es como en el metro, hay que entrar a empujones”, comenta una mujer mientras ríe sarcásticamente. Un hombre de unos 65 años se queja: “Está terrible, no se puede ni entrar. Además, ¿ya vio el espacio entre el andén y la puerta?, es como de este tamaño…” —al tiempo que hace el comentario toma su bastón y señala un tramo de aproximadamente veinte centímetros.

“Pero véalo así, señor, a ustedes los de la tercera edad no les van a cobrar pasaje”, contesta la mujer de la risa sarcástica. “Pues, por mí, que me cobren, con tal de que sea bueno el servicio”, replica el hombre del bastón. “Eso sí, aquí hasta los empujones los van a cobrar”, agrega otra mujer, quien también se encuentra esperando.

Cada vez llegan más personas al andén, se forman una, tras otra, tras otra; al poco tiempo ya hay quien se acomoda en una cuarta fila. La cercanía entre los cuerpos viola los límites del espacio vital y la ansiedad se refleja en los rostros de quienes se miran mutuamente con algo de enfado. A lo lejos se observa el metrobús que está punto de arribar a la estación Poliforum.

De entre la multitud se abre paso un hombre en silla de ruedas, quien le pide a una de las guardias que sea tan amable de “auxiliarlo” para subir. “Pásese por acá, del lado de las mujeres. ¡Háganse a un lado, dejen que pase el señor!”, grita la mujer uniformada. “Bueno, pues a ver si se puede señor, porque yo, la mera verda’, la veo difícil”, agrega.

En sus marcas, listos…. ¡Ahí viene el metrobús! Las personas olvidan toda regla de urbanidad y se abalanzan a las puertas. El hombre de la silla de ruedas recibe varios empujones, entonces la guardia vuelve a alzar la voz: “¡Que dejen pasar al señor!”. Después de varios intentos, y gracias a la habilidad de su propietario, la silla de ruedas esquiva el vacío entre el andén y la puerta; lo logró, ya está adentro.

El hombre del bastón fue introducido con violencia en el transporte, ahora una joven pelea con él: “¡¿Qué no ve que ya me rompió mis lentes?!”. “Discúlpeme señorita, pero es que me empujaron. De verdad que los jóvenes ya no saben respetar”, responde mientras intenta guardar la serenidad. “¡Ashhh!, pero si gente tonta la hay de todas las edades”, repone su interlocutora.

Han pasado unos siete minutos desde que se abrieron las puertas y ahora están a punto de cerrarse, las personas encargadas de la seguridad empujan a los últimos pasajeros al interior del metrobus, muchos de ellos no hallan de dónde agarrarse. En el interior no existen lugares reservados para discapacitados, personas de la tercera edad o para mujeres embarazadas.

El enorme autobús articulado, de unos 18 metros de largo, se dirige ahora hacia La Piedad. Sobre insurgentes, rumbo a Indios Verdes, el tránsito está congestionado; “esta cosa va re’ lenta”, comenta una mujer mientras le sonríe a una joven que viaja a su lado. Los usuarios comienzan a inquietarse, todos empujan… el metrobús se detiene en la estación.

“¡Dios mío! ¿Y ahora qué hago?, ¡me van a sacar!”, le dice una jovencita a su amiga. “No te preocupes, agárrate de mí, cierra tantito los ojos, no pasa nada…”, intenta calmarla la otra. “¡No inventes!, ve toda esa gente que se quiere subir… ¡Me van a sacar!”.

“¡¿Qué le pasa?! ¿Por qué me empuja?, ¡Me va a tirar!”, reclama un hombre; “es que aquí me bajo”, le responden. Unas veinte personas salen y otras treinta entran. La joven que tenía miedo ha quedado de espaldas contra la puerta, su amiga comenta: “esto es peor que estar en el purgatorio”; en ese momento a alguien se le ocurre dejar salir una flatulencia.

Nuevo León… la que sigue es Chilpancingo, ahí bajan unos treinta y cinco pasajeros, entre ellos una mujer que se acomoda el cabello despeinado y las ropas jaloneadas, sus movimientos reflejan desorientación de los sentidos. Ella está lista para seguir su camino, no sin ates dar gracias a Dios porque pudo salir de ahí.
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A propósito de tan tremenda experiencia me viene a la mente una rola de Aleks Sintek (uno de mis músicos mexicanos favoritos), la cual forma parte del album 89-99.
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Unos quieren subir
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Yo no puedo estar
en un mismo lugar,
como un fugitivo
de Alcatraz.
***
Me persigue la urgencia
y ellos vienen detrás
cada vez son más y más.
***
Unos quieren subir,
yo me quiero bajar.
Si no saben qué hay arriba
dejen de fastidiar
***
Unos quieren subir,
yo me quiero bajar.
Si no saben qué hay arriba
dejen de fastidiar.
***
Qué aburridos son,
creen que toso es así,
si la vida fuera fácil
no tendríamos por qué morir.
***
Se complican el ser,
serían más felices
de lo que fueron ayer.
***
Unos quieren subir,
yo me quiero bajar.
Si no saben qué hay arriba
dejen de fastidiar.

miércoles, julio 6

Morir de amor

El viernes pasado tuve mi primera incursión como invitada especial en una emisión de radio. Así fue, persuadí a Claudia de que juntas emprendiéramos una misión suicida: prestarnos a una charla cuyo tema central sería ni más ni menos que... el AMOR.
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Morir de amor (permanencia voluntaria), una exposición colectiva de arte contemporáneo que se presentó en el Museo Universitario de Ciencias y Artes, brindó a los asistentes la oportunidad de participar en una cabina de radio y expresar sus ideas acerca del arte y el amor.
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Claudia y yo compartimos el espacio con Joel, un estudiante de arquitectura. Berenice --la locutora-- y Aldo --quien se encargó de majenar los controles-- fueron nuestros amables guías por el extraño camino hacia las más ocultas pasiones, jajaja.
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He aquí la transcipción de mis intracendentes respuestas. Si alguien quiere perder un rato el tiempo, puede leerlas; si no, basta con que reflexionen acerca de lo que significa el amor en sus propias vidas.

¿Cuál ha sido la obra que más les has ha gustado?
“Bueno, pues a mí me llamó mucho la atención la obra que está justo a la entrada de la exposición. Es un texto pintado en una manta, a simple vista podría parecer algo sencillo, pero lo interesante viene cuando leemos el mensaje y reflexionamos sobre él.

Se trata de una persona que le otorga el ‘perdón’ a su pareja. Le dice: ‘bueno, ya me has hecho mucho daño, pero si prometes que no vuelve a ocurrir, entonces te perdono’. Creo que el perdón en el amor es fundamental; por otra parte, cada uno de nosotros decide hasta dónde perdonar”.

De todas las obras, ¿con cuál se sienten más identificados?
“Hay una serie de cuadros, uno de ellos dice 'No, te jodes tú', creo que de vez en cuando me siento identificada con esa frase. Es esa parte agresiva del amor, yo a veces soy muy agresiva, jajaja.

No, ya en serio, creo que el amor tiene esas dos caras. El amor puede ser toda dulzura, pero, algunas veces, el amor también puede tender al odio, cuando sentimos que somos tratados de manera injusta, cuando no comprendemos por qué el otro nos lastima, entonces dan ganas de decir ‘¿sabes qué? Vete a la fregada’ “

¿Qué tipo de expresión artística utilizarían para hablar de amor?
“A mí me gusta el arte en general, aunque debo aceptar que lo que me mata es la música. Por ahí en la exposición hay un disco con un corrido, bastante trágico el asunto, pero se me hace una obra muy divertida.

Me gusta esa capacidad de integrar, por un lado, un sentir personal con respecto al amor, por otro, un rasgo social característico de nuestra cultura como lo es el género norteño y, finalmente, el aspecto universal del amor mismo, el amor que cualquier persona puede llegar a sentir.

Si pudiera expresar de forma artística mi amor, definitivamente sería de esa manera… mediante un corrido”.

¿Es posible que algún día se termine el amor?
“No lo creo, es casi imposible. Lo que ocurre en la actualidad es que ha crecido el egocentrismo, el amor que cada individuo siente por sí mismo. Sin embargo, hay muchísima gente que continúa creyendo en el amor, no sólo en el amor de pareja, sino en el amor a la vida, el amor a lo que hacemos día con día.

Dudo mucho que el amor pueda terminarse, es y siempre será, simplemente, el motor que mueve al mundo”.

¿Creen en el amor para siempre?
“Mis papás están a punto de cumplir 23 años de casados, eso me hace pensar que ‘tal vez…’ existe la posibilidad de llegar a encontrar, más allá del amor para siempre, el amor verdadero. Ese tipo de amor requiere de respeto y compromiso mutuo, de comprensión y comunicación por parte de ambos miembros de la pareja.

Cuando dos personas que están dispuestas a ser el ‘amor verdadero’ de alguien más se encuentran, pues ¡qué suerte!, porque ha ocurrido un milagro”.

Penélope, mencionaste lo trágico del amor, ¿tú vives el amor de manera trágica?
“Jajaja, ¡Claro que no!, lo que pasa es que tanta novela ya me afectó el cerebro. El amor se ha estereotipado mucho, va muy ligado con el sufrimiento, ya saben, ‘es que amar y querer no es igual…’

De hecho, yo vivo el amor con mucha felicidad, por amor siempre doy lo mejor de mí. Sin duda se pueden recibir muchos golpes en nombre del amor, pero considero que el amor se goza en la medida en que nos hace crecer como personas”.

¿Creen que en el amor siempre hay alguien que da más?
A menos que se sea un experto en las artes adivinatorias, es muy difícil saber si hay alguien que da más; cada persona expresa de manera distinta su amor y es un error hacer comparaciones.

Por otra parte, ayer conversaba con una amiga y caímos en cuenta de algo que es muy cierto. Si bien uno no debe esperar nada a cambio cuando ama, la verdad es que todos somos un poquito interesados y merecemos sentirnos amados. Si en la relación uno de los dos no se siente a gusto, si no es correspondido, si no se siente amado, simplemente es hora de decir ‘adiós’.

Existen personas que no están dispuestas a amar, peor, que no están dispuestas a que las amen. Hay personas que no quieren recibir nada de nadie. Entonces vienen los intentos, algunos buscan resultados un par de semanas, otros llegan a aguantar cuatro o cinco años, hasta que se dan cuenta de que no vale la pena amar a alguien que no los ama”.

¿En este momento están muriendo de amor?
“Creo que en este momento no muero de amor por una persona, así que si hay por ahí algún voluntario, pues que se apunte, jajaja.

Lo que pasa es que yo siempre he distinguido entre el enamoramiento y el amor. El enamoramiento es muy bonito, porque todo parece perfecto, pero el amor implica un mayor conocimiento y la disposición de aceptar defectos y virtudes. Me he enamorado muchísimas veces, pero creo nunca he vivido el amor de pareja.

En este momento, más bien ‘muero de amor por la vida’. Le doy todo el amor del mundo a mi familia y a mis amigos, intento entregarme por completo en cada una de mis acciones. Qué curioso, ¿no?, ‘morir de amor por la vida’…”