lunes, noviembre 1

De la muerte en días "festivos"

A mi abuela le gustaban las ofrendas… a mí ya no tanto. ¿A dónde irán los muertos? ¿En qué creemos? ¿En qué creemos cuando al final de sus días alguien nos dice que siente un terrible miedo porque no sabe si después de morir habrá algo más, porque le teme al dolor y a lo desconocido?


Ya no creo tanto en los rituales. Sé que una parte de la persona se queda con los suyos, que se aloja en el corazón de quienes la amaron… pero la muerte ya no significa para mí lo mismo que antes… no significa lo mismo que cuando mi abuela y yo encendíamos las veladoras o comíamos pan de muerto juntas: ella ya no está aquí.


Todos hemos dicho más de una vez “cuando yo me muera…”, y de repente un día abrimos los ojos y la muerte es una realidad. La muerte ya no es calavera de azúcar, ni cempasúchil, ni folclor… La muerte es muerte, es caja con cenizas, es llanto de ése para el que parece no haber consuelo.


Pero lo hago por si acaso. Por si acaso mi abuela viene… por si de alguna manera la llamo con el pensamiento mientras hojeo su libro viejo de recetas, mientras tomo entre mis manos un rosario que alguna vez ella tuvo entre las suyas… mientras le pido una disculpa por no haberle dicho que le tenía miedo al cáncer, pero que, por sobre todas las cosas, la amaba.


Y quizás dentro de algunos años yo tenga un nieto o una nieta, y entonces le diré que pongamos una ofrenda, que a mí me gustan, que es una tradición heredada en la familia. Le diré que “cuando yo me muera” no quiero que llore, ni que piense demasiado en el final de la existencia… Le diré que le dejo mis discos… y un libro viejo de recetas, y un rosario que eran de mi abuela.

3 comentarios:

Darina Silver dijo...

Mi abuela dice que cuando ella muera quiere que le ponga su Memin Pinguin en la ofrenda.

Es curiosa las cosas con las que llegamos a asociar a quienes querémos....

Te mando un abrazo, China.

D.

Mina V. dijo...

Se me enchinó la piel ... pensar en muerte no es pensar en celebración, pan de muerto y calaveritas de dulce...creo que es un termino que relacionamos más con vacío y tristeza para el alma. Pero, ¿qué pasa si la muerte es el descanso necesario para el alma?, y ¿qué pasaría si todas esas almas que nos han rodeado a lo largo de nuestra vida prometieran regresar para solicitar que les retribuyamos todo el aprendizaje y amor que algún día nos brindaron?...Hoy quiero tener esperanza y pensar que es verdad..una forma de consuelo quizás, simplemente no puedo evitar que mi lado soñador deje de imponerse sobre mi lado realista y objetivo =p.

Un abrazo Chinísima y buen cierre de semana.

Lumediana dijo...

Quisiera dejar de llorar para decirte algo de la muerte que ya no sepas...
Hace cinco meses tambien de cancer.