Qué más da… tengo derecho. No soy la más “linda”, ni la más “llamativa”, pero puedo echar un vistazo… Mi pecho se ocupa y se desahoga con facilidad, aún no hay nada oficial. No creo en los cuentos de hadas, pero tampoco quiero seguir creyendo en los melodramas que me invento.
No pierdo nada con intercambiar una sonrisa y actuar como una tonta, mientras tú presumes tus habilidades. Ya habrá otro momento para pensar en lo adecuado. A veces me siento torpe; lo peor del asunto es que eso me hace feliz. Y te apareces por mera formalidad, porque así lo requieren la circunstancias.
No espero que pienses nada de mí… no espero que creas que soy maravillosa después de un par de días en los que tan sólo hemos hablado lo necesario para llevar a buen término un asunto impersonal. Tengo una imaginación poderosa, pero no lo suficiente como para doblegar mis inseguridades.
Total… que ya mañana todo regresará a la normalidad.
2 comentarios:
Venga China, todos tenemos oportunidad de jugar el juego, y quien sabe, puedes descubrir que al fina, los cuentos de hadas se basan en la realidad.
Abrazo
no sólo tienes derecho, si no también con que hacerlo "no espero que creas que soy maravillosa" podrías rematarlo de frente: porque conocerme es quererme!
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