Las cosas con el tiempo se olvidan… cuando son frágiles se rompen… cuando están vacías se vuelven tediosas… Y no, no volveremos a querernos más… No cambiaré… ni seré bonita… ni me haré un tatuaje… ni me aprenderé el Kamasutra… No volveré a conocerte, como esa primera vez… ni tendré menos edad… No volveremos a ser los mismos…
No hay culpas, porque con el tiempo las culpas se acaban... y queda una profunda nostalgia. Y cada quien vive su vida… y algunas veces es como si jamás hubieras existido… hasta que algo pasa y se desliza un recuerdo, y me da por creer que “hubiera podido ser distinto”.
Las historias con el tiempo se acaban, y ya no hay nada que decir… y yo intento contener una lágrima cuando caigo en cuenta de que terminó… para siempre. Y algo lo dice… cuando todo se remite a hace meses, a hace años… cuando el presente está en blanco, y escucho una canción y siento una leve punzada en el pecho.
Estuve sola, y tuve miedo… ya no estabas ahí. Y cuando quise intentarlo, todo fue violento, como si nunca hubieras sabido quién soy… No pude volver a verte a los ojos, y tú no pudiste levantar el teléfono. Y me dejaste con el alma estrujada, con una duda atravesada en la mente.
Ya no importa si te echo de menos, no importa… Ya no importa si el último día que te vi estaba temblando y te abracé con fuerza. Pudiste ver en todas algo, menos en mí… y aquella tarde mi corazón pequeño, proporcional a mi tamaño, quiso salírseme del pecho… así soy yo. Qué más da si no fue suficiente.
Dejar ir a alguien es de las cosas más difíciles. Y aún sigo escribiendo, pero es que me hace bien… Me acuerdo de cuando me enamoré de ti, y me acuerdo de cuando te escuché resuelto hablándome de cómo besar… de mi cuerpo… de todas esas cosas que jamás importaron cuando éramos “amigos”.
Hace un par de meses hubiera deseado decirte cuánto me habías desilusionado, pero no hubo tiempo, hoy ya no importa tampoco. Nunca me invitaste un café, jamás tuve una flor… Hoy me paseo por la vida, de vez en cuando alguien paga mi cappuccino y el día que necesito llevar un girasol en la mano… lo compro.
***
Escuché mi disco de Andrés Calamaro, y pensé que no escribo tan bien, ja… pensé que aún me falta mucho por vivir. Ando pensativa… las Obras incompletas de Andrés me movieron sentimientos. Esta China a veces es víctima, y otras criminal…
Crímenes perfectos
Andrés Calamaro
¿Sentiste alguna vez lo que es
tener el corazón roto?
¿Sentiste a los asuntos pendientes volver
hasta volverte muy loco?
Si resulta que sí,
sí podrás entender
lo que me pasa a mí esta noche.
Ella no va a volver
y la pena me empieza a crecer adentro.
La moneda cayó por el lado de la soledad
y el dolor.
Todo lo que termina, termina mal,
poco a poco,
y si no termina se contamina mal
y eso se cubre de polvo.
Me parece que soy de la quinta que vio
el mundial setenta y ocho.
Me tocó crecer viendo a mi alrededor
paranoia y dolor.
La moneda cayó del lado de la soledad,
otra vez.
No me lastimes con tus crímenes perfectos
mientras la gente indiferente se da cuenta.
De vez en cuando solamente sale a fuera…
la peor manera.
6 comentarios:
Ay mi Chinita, ¿dime cuál es el secreto para desprenderse? ¿cuál para dejarlo ir? Me identifiqué mucho con tu texto: "cuando necesito un girasol en la mano, lo compro".
Te quiero mucho.
Diana
Dejar ir... tan complicado como queramos.
Esas despedidas mentales y emocionales tan largas, esas expectativas que tenemos de algo o alguien y que casi siempre terminan recordándonos que sólo nos tenemos a nosotros para comprarnos nuestro girasol... o a los que si quieren compartir su camino con nosotros y comprarnos un café de vez en cuando.
Un abrazote
También me encanta Calamaro, también me encanta el café, pero a diferencia tuya creo que cada vez escribes mejor, la de hoy estuvo poderosa y de esa la siguiente:
" Hoy me paseo por la vida, de vez en cuando alguien paga mi capuccino y el día que necesito llevar un girasol en la mano… lo compro."
Desde Colombia un café y dos flores, una heliconia y una flor de inírida...
Oh, había escuchado esa rola varias veces, pero no sabía como se llamaba.
Dura entrada, china. Pero así es la realidad también. Bien dura.
D.
Casi me haces llorar Penelopita. hace mucho que no te vistaba pero siempre es uan grata sorpresa saber que las letras son lo tuyo. Las despedidas son tristes y dolorosas, pero siempre es mejor decir a dión a tiempo. Te quiero mucho
Xochitl
Busqué refugiarme en tus palabras... busqué una fecha que significara algo para mí... entré a la fecha en la que lo conocí... y mi dolor se homogeneizó con el tuyo...
No quisiera olvidarlo, pero no recuerdo ya su olor, ni cómo miran sus ojos... su voz me suena extraña... y ya no pienso en él más que como una historia...
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