Por la mañana. Se me hace tarde para llegar al trabajo, paro un taxi. El conductor y yo tratamos de entablar una conversación, sin mucho éxito, hasta que tocamos el tema del mundial, ja. Hablamos de una posible derrota contra Francia y de la millonada que ganan los futbolistas… hablamos de “el Chícharo”, de Dos Santos.
Me bajo en San Antonio Abad.
Chico nada feo: ¿Queda libre?
China: Ándele, ya agarró pasaje.
Taxista: Sí, ya ve, usted me dio suerte.
El chico nada feo me ayuda a bajar.
Ya por la tarde. De regreso del trabajo en el metro. Una mujer comienza a hablar, bueno, a gritar. Cuenta que tiene 68 años, que, mientras los pasajeros ya venimos de regreso a nuestras casas, ella todavía le seguirá un rato más. Ofrece dulces y su carisma llama mi atención.
Primero reparte los chicles y las paletas y hace un par de bromas. Unos devuelven la mercancía, otros se la quedan. Yo me acuerdo de mi abuela y le doy una moneda.
Mujer de 68 años: ¿Cuánto agarro?
China: Así está bien.
Mujer de 68 años: (Me da otra paleta y otro chicle.) Tenga, es para su mamá, por tener una hija con tanto amor.
Soy feliz mascando mi chicle de naranja… Al llegar a mi casa le entrego a doña Marisa lo que una desconocida le envió.