Murió Michael Jackson y sentí tristeza… nostalgia, pues. No fue el dolor desbordado de los verdaderos “fans”… no fue eso. Más bien me di cuenta de que la vida pasa y los ídolos mueren.
Hace ya varios años (tendría yo unos 12), mi padre me compró el Dangerous… después, con Michael, me acerqué al rithm and blues de los Jackson 5 y a la esencia del pop que marcaría la vida, no sólo de los jóvenes ochenteros, sino de muchísimas generaciones.
Me encontraba en la oficina cuando mi hermana me contó vía messenger que Jackson estaba en el hospital, a los 10 minutos los diarios estadounidenses en sus ediciones “en línea” confirmaban su muerte.
No suelo comprar el periódico (veo las notas en Internet)… esta vez lo hice. Pensé que en unos años quizá le cuente a mis hijos que presencié la partida del Rey del pop. Pensé que hay muertes que marcan un ciclo en la historia… pero no en esa que se escribe en los libros, sino en una historia en la cual participa la gente común.
Quizás recibiré algunas críticas, pero no hablaré de Michael como morboso fenómeno mediático, sino como un genio de la música. Como aquel que ha logrado darme una esperanza cada vez que escucho Man in the mirror.
Dejo aquí la transcripción de un artículo que escribí para la desparecida revista Sónika, publicado en febrero del año pasado, cuando estaba a punto de salir a la venta la reedición de Thriller.
25 años de escalofriante éxito
Durante 1982, por suerte, el movimiento musical abarcó muchísimo más que el 1+1=2 enamorados de Luis Miguel. Así, mientras que Gabriel García Márquez se hacía acreedor al Premio Nobel de Literatura, Michael Jackson sorprendía al mundo con su disco Thriller, el más vendido en la historia de la música.
Un personaje controvertido que inició como un niño prodigio a los cinco años de edad. Pronto, Michael despuntó de entre The Jackson 5 y comenzó lo que sería una prometedora carrera como solista. Sin la obsesión por ser blanco, sin los escándalos relacionados con su sexualidad, entregado a lo que mejor sabe hacer.
El éxito de un material discográfico en el sentido de calidad, el hecho de que se considere como un “clásico”, no es una simple coincidencia ni un asunto de marketing; implica unión de talentos, la configuración de un equipo brillante dispuesto a la labor creativa.
En el caso de Thriller, la extraordinaria interpretación de Michael estuvo respaldada por el legendario productor Quincy Jones, y es que no cualquiera tiene el privilegio de trabajar con quien fuera el director de la orquesta de Frank Sinatra. Además, también participó Rod Temperton, compositor del tema que le dio nombre al álbum.
Pero sin duda hubo un elemento decisivo para que este disco conquistara las listas de éxito, incluso en países como Bélgica y Francia: el “video-clip”. En 1984 el sencillo Thriller se adueñó de la atención de todos aquellos amantes del cine de terror y dio como resultado un cortometraje que se convirtió en todo un hito.
Aullidos, puertas que rechinan y Jackson enfundado en un gracioso traje rojo, además de las tétricas carcajadas del célebre actor Vincent Price, fueron los elementos que contribuyeron a un aterrador éxito. Así surgió la más que famosa coreografía que puso a los zombies a mover el cuerpo.
Es cierto, quizás los efectos especiales no eran los mejores. Michael, en lugar de hombre lobo parecía un gato gigante. Muy probablemente, para las nuevas generaciones, se trata de una realización bastante “chafa”, pero en aquella década destacó como lo más “in” de entre una bola de videos estáticos y carentes de trama.
Y, aunque los “muertos vivientes” del video hoy nos provoquen un poco de risa, a la fecha el fenómeno rítmico continúa. Es posible encontrar en Internet infinidad de versiones, desde las “improvisaciones” en una reunión familiar, pasando por las figuras de Lego o los personajes de Final Fantasy, hasta una parodia titulada Indian Thriller y un inverosímil video en el que se puede ver a mil 600 presos filipinos imitando el baile.
El 1º de diciembre de 2007 Thriller cumplió 25 años de haber salido al mercado, por lo que el álbum se reeditará a nivel mundial en una versión de lujo que verá la luz el próximo 11 de febrero. Además de las canciones originales, se incluirán ocho temas adicionales y un DVD con los videos de Billie Jean, Beat it y, por supuesto, Thriller.
Un cuarto de siglo ha pasado, sin embargo, el álbum continúa marcando la historia musical de muchísimas generaciones. Seguramente la nostalgia y las distintas vivencias personales, así como el amor por la buena música, acompañarán el retorno de este disco.
3 comentarios:
Uff Michael.
Recuerdo cuando a mis 8-9 años AMABA Smooth Criminal, soñaba con aprenderme esa coreografía. Veia una y otra vez el concierto del Azteca (que mi padre grabó en formato BETA! jeje), me emocionaba. Crecí con una familia materna en donde los ochenteros no dejaban de bailar Billie Jean y ¿cómo no iba a gustarme también?
No doy crédito, y no es intensidad... bueno sí, puede que lo sea, pero es melancolía por el talento, el gran genio que fue.
Independientemente del resto, yo sí creo que se fue un grande.
Recuerdo cuando me enviaste ese texto de Michael Jackson y me contaste que lo publicarías...
No sé, siempre pensé que vería envejecer al rey del pop. Fue una sorpresa para mí que muriera.
Cuando iba en sexto año de primaria armamos un debate sobre su obra, al salir a la luz algunas de las primeras acusaciones en su contra de pedofilia. Yo tenía que argumentar a su favor y allí fue cuando lo conocí.
D.
Hay una cosa que te compro por completo. La conciencia de vivir historia, como gente común. Esa es la que vale la pena ver en los libros del futuro.
Saludos :)
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