Jardiel:
—Escucha esta canción.
Me pongo los audífonos… “Lo sé, lo sé y lo sabes tú…”
Yo:
—¿Quién canta?
Jardiel:
—Los románticos de Zacatecas.
Yo:
—¿Los románticos de Zacatecas?
Jardiel:
—Sí… ¡Son románticos!... ¡Y son de Zacatecas!
Risas.
Y me acordé de una situación que comienza a parecerme menos grave. Hay cosas que sabemos, pero que quizás no queremos aceptar…
Lo sabes tú
Los románticos de Zacatecas
Recuerdo que el tiempo pasó
Sin fijarme en el reloj
Que la tarde me encontró otra vez
Degustando ese licor
Que me habló en voz baja
Que me invitó a lanzarme sobre ti
Lo sé, lo sé y lo sabes tú
No trato de engañarte
Ciertas cosas pasan porque sí
No es culpa de nadie
Lo sé, lo sé y lo sabes tú
No trato de engañarte
Estas cosas pasan por amor
Es parte del viaje
Tratamos de encontrar amor
Donde sólo había pasión
Que suele ser tan dulce,
Pero inmune al corazón
Que me habló en voz baja
Que me invitó a lanzarme sobre ti
Lo sé, lo sé y lo sabes tú
No trato de engañarte
Ciertas cosas pasan porque sí
No es culpa de nadie
Lo sé, lo sé y lo sabes tú
No trato de engañarte
Estas cosas pasan por amor
Es parte del viaje
sábado, marzo 21
¿Lo sé?
Publicadas por Chinísima a la/s 3/21/2009 04:52:00 p.m. 6 Enchinadas de pestaña
lunes, marzo 9
Aforismo
"Hay mujeres ridículas que 'enseñan' la lonja o la tanga. Yo... yo me conformo con enseñar el cobre"
Penélope, La China. 2009, d.C.
Publicadas por Chinísima a la/s 3/09/2009 08:36:00 p.m. 4 Enchinadas de pestaña
martes, marzo 3
No quiero estar sin esperar, ni recibir
Últimamente vivo en continua melancolía… a excepción de los breves destellos de sarcasmo en el trabajo, de las bromas con los amigos, o de las veces que me pongo a bailotear mientras escucho a Celia Cruz. Y todos los días me digo que no es tan malo, que sólo estoy en proceso de cambio… espero que para bien.
Y hoy, en honor a la verdad, debo decir que me siento profundamente triste y decepcionada. Hoy quiero darme el lujo de exteriorizar mi desilusión, aunque esto sea signo de debilidad. Porque, aunque no piense en ello todo el tiempo, me incomoda… porque cuando pasa por mi mente siento un hueco en el estómago, y en el pecho.
Más allá del juego de “la víctima y el victimario”, creo que en esta vida liarse con alguien puede tornarse salvaje y doloroso. Las palabras se las lleva el viento, las promesas no valen nada: la gente miente… sólo por el placer de mentir. Y hoy estoy aquí, desarmada, preguntándome cómo permití que pasara, cómo fui tan ingenua.
Y no existe ni siquiera el valor suficiente para golpear de frente, directo a la cara… todo se reduce a la cobardía y sus consecuentes suposiciones: ¿dónde está?, ¿qué pasó?, ¿cuándo terminó el engaño?… Me pregunto por qué la gente no es capaz de decir lo que siente, lo que piensa. Quizás mañana todo acabe de tajo y jamás habremos tenido el coraje suficiente.
Conformarme con sus inconsistencias habla de mi inestabilidad emocional… de mi miedo a la soledad. ¿Él qué dice?: ¿habrá hallado alguna satisfacción?, ¿su historia con final infeliz fue tan intensa como esperaba? Detesto mi claridad de conciencia, y detesto experimentarla justo ahora, adherida a un sentimiento que se torna violento.
Revuelto todo: su necedad por aferrarse al pasado, mi nostalgia por algo que nunca existió, su malsana obsesión de doblegar mi voluntad, mi falta de decisión… Puede quedarse con el recuerdo de aquella noche lluviosa, puede quedarse con dos rosas blancas y un agapando… yo ya no quiero nada.
La gente supone que lo sabe todo: actuar con madurez, aceptar los errores propios, olvidar, satisfacer necesidades inmediatas, ocultar la angustia… ¿Y qué más da si soy humana?: una parte de mí puede odiar, mientras otra se lamenta… y a veces se me humedecen los ojos… y sueño e imagino… aún me queda esperanza.
Debo asumir mis decisiones, permití que volviera; pero no pienso, encima, castigarme. No pienso adjudicarme sus errores. No pienso fingir que soy “buena”, que comprendo… Y todo pasará, como pasó hace un par de años… dolerá cada vez menos… Él esperará que yo olvide lo patético que resulta creer en sus argumentos.
Y cuando necesite recordar cómo se siente que alguien lo quiera de verdad, querrá volver… Yo… yo no cometeré el mismo error una vez más.
Bonus track
Y hoy, en honor a la verdad, debo decir que me siento profundamente triste y decepcionada. Hoy quiero darme el lujo de exteriorizar mi desilusión, aunque esto sea signo de debilidad. Porque, aunque no piense en ello todo el tiempo, me incomoda… porque cuando pasa por mi mente siento un hueco en el estómago, y en el pecho.
Más allá del juego de “la víctima y el victimario”, creo que en esta vida liarse con alguien puede tornarse salvaje y doloroso. Las palabras se las lleva el viento, las promesas no valen nada: la gente miente… sólo por el placer de mentir. Y hoy estoy aquí, desarmada, preguntándome cómo permití que pasara, cómo fui tan ingenua.
Y no existe ni siquiera el valor suficiente para golpear de frente, directo a la cara… todo se reduce a la cobardía y sus consecuentes suposiciones: ¿dónde está?, ¿qué pasó?, ¿cuándo terminó el engaño?… Me pregunto por qué la gente no es capaz de decir lo que siente, lo que piensa. Quizás mañana todo acabe de tajo y jamás habremos tenido el coraje suficiente.
Conformarme con sus inconsistencias habla de mi inestabilidad emocional… de mi miedo a la soledad. ¿Él qué dice?: ¿habrá hallado alguna satisfacción?, ¿su historia con final infeliz fue tan intensa como esperaba? Detesto mi claridad de conciencia, y detesto experimentarla justo ahora, adherida a un sentimiento que se torna violento.
Revuelto todo: su necedad por aferrarse al pasado, mi nostalgia por algo que nunca existió, su malsana obsesión de doblegar mi voluntad, mi falta de decisión… Puede quedarse con el recuerdo de aquella noche lluviosa, puede quedarse con dos rosas blancas y un agapando… yo ya no quiero nada.
La gente supone que lo sabe todo: actuar con madurez, aceptar los errores propios, olvidar, satisfacer necesidades inmediatas, ocultar la angustia… ¿Y qué más da si soy humana?: una parte de mí puede odiar, mientras otra se lamenta… y a veces se me humedecen los ojos… y sueño e imagino… aún me queda esperanza.
Debo asumir mis decisiones, permití que volviera; pero no pienso, encima, castigarme. No pienso adjudicarme sus errores. No pienso fingir que soy “buena”, que comprendo… Y todo pasará, como pasó hace un par de años… dolerá cada vez menos… Él esperará que yo olvide lo patético que resulta creer en sus argumentos.
Y cuando necesite recordar cómo se siente que alguien lo quiera de verdad, querrá volver… Yo… yo no cometeré el mismo error una vez más.
Bonus track
Hummersqueal
No quiero estar,
cerca de ti.
No quiero estar,
sin decidir,
sin esperar,
ni recibir.
Así es como eres tú…
Así es como eres tú…
Y si piensas que
yo cambiaría...
Y si algún día
yo volvería...
Y si piensas que
yo volvería...
Y si algún día
yo volvería...
No quiero estar,
cerca de ti.
No quiero estar,
sin decidir,
sin esperar,
ni recibir.
Así es como eres tú…
Así es como eres tú…
Y si piensas que
yo cambiaría...
Y si algún día
yo volvería...
Y si piensas que
yo volvería...
Y si algún día
yo volvería...
Publicadas por Chinísima a la/s 3/03/2009 10:02:00 p.m. 4 Enchinadas de pestaña
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