Me da igual mojarme cuando llueve, a lo más podría pescar una gripa, como aquella última en que me sangró la nariz, se me congestionó el pecho y lloré a mares… A veces me da igual porque la calle está llena de gente que corre de un lado a otro, encogiéndose de hombros o riendo con resignación… También ocurre que a veces me da igual porque hay buena compañía de regreso del trabajo, o porque tengo tiempo para pensar… y para sentir que estoy viva.
¿Cómo sabe uno que está vivo? Acaso porque siente los apretujones en el metro o la frustración de un retardo en el récord perfecto de la semana… Acaso porque estar vivo es diferente de estar muerto, en una caja con tierra encima… ¿Cómo sabe uno que está vivo? Acaso porque respira y siente un dolor punzante en el pecho cuando lo invade el miedo al verse a sí mismo como un desconocido… Cuando de noche no se concilia el sueño por saberse solo y vulnerable.
Y cuando me dices que no te importa lo que siento no me extraña… y cuando dices que todo da igual, que todo es pasajero, me dejas con un enorme vacío que comienza a serme familiar. Y con el caos en mi cabeza te doy mil veces la contraria, y salgo corriendo, y me exijo evitar pensar en ti… ¿Cómo sé yo que estoy viva? Porque hoy todo me duele, porque no me siento “normal”, porque no acabo de librar la batalla contra mis temores… lo sé porque se me humedecen los ojos, porque me tiemblan las manos…
Pedir ser la misma sería, en parte, pedirle al tiempo que volviera… que regresara a cuando era yo menos conciente y más feliz. Sé que estoy viva porque alguien junto a mí está muriendo, porque soy la contraparte de una historia que comienza a llegar a su fin… porque a diario abro los ojos y respiro. Y sonrío, y sobrellevo el cansancio en espera de que “todo pase” y un día deje de sentirme tan patéticamente egoísta… esta no soy yo.
Tú estás muriendo y yo pienso en que ya no puedo más… Tú estás muriendo y yo pienso en que me duele… Tú estás muriendo y yo pienso en que esta incertidumbre es injusta… conmigo. Y donde estaban todos quizás queda una persona, o dos; es demasiado pronto para descubrir lo duro que es “vivir”... es demasiado pronto para conocerme tanto, hasta el hastío. Quiero estar… ahora… por mí… para ti… para los que amo… quiero creer, me aferro todos los días… necesito “hacerlo bien”...
¿Cómo sabe uno que está vivo? Acaso porque siente los apretujones en el metro o la frustración de un retardo en el récord perfecto de la semana… Acaso porque estar vivo es diferente de estar muerto, en una caja con tierra encima… ¿Cómo sabe uno que está vivo? Acaso porque respira y siente un dolor punzante en el pecho cuando lo invade el miedo al verse a sí mismo como un desconocido… Cuando de noche no se concilia el sueño por saberse solo y vulnerable.
Y cuando me dices que no te importa lo que siento no me extraña… y cuando dices que todo da igual, que todo es pasajero, me dejas con un enorme vacío que comienza a serme familiar. Y con el caos en mi cabeza te doy mil veces la contraria, y salgo corriendo, y me exijo evitar pensar en ti… ¿Cómo sé yo que estoy viva? Porque hoy todo me duele, porque no me siento “normal”, porque no acabo de librar la batalla contra mis temores… lo sé porque se me humedecen los ojos, porque me tiemblan las manos…
Pedir ser la misma sería, en parte, pedirle al tiempo que volviera… que regresara a cuando era yo menos conciente y más feliz. Sé que estoy viva porque alguien junto a mí está muriendo, porque soy la contraparte de una historia que comienza a llegar a su fin… porque a diario abro los ojos y respiro. Y sonrío, y sobrellevo el cansancio en espera de que “todo pase” y un día deje de sentirme tan patéticamente egoísta… esta no soy yo.
Tú estás muriendo y yo pienso en que ya no puedo más… Tú estás muriendo y yo pienso en que me duele… Tú estás muriendo y yo pienso en que esta incertidumbre es injusta… conmigo. Y donde estaban todos quizás queda una persona, o dos; es demasiado pronto para descubrir lo duro que es “vivir”... es demasiado pronto para conocerme tanto, hasta el hastío. Quiero estar… ahora… por mí… para ti… para los que amo… quiero creer, me aferro todos los días… necesito “hacerlo bien”...