De ninguna manera soy una facilota, es sólo que no puedo evitar enamorarme con inusitada frecuencia… Y no me refiero al sentimiento erótico como tal, sino a ese cosquilleo que sólo ciertas personas son capaces de provocarme. Nada puede seducirme más que la actitud apasionada; entonces me dejo llevar, con toda la disposición de aprender…
¿Será o no será? Ahí está, semblante apacible con ojos expresivos que se asoman detrás de las gafas de aumento, con sonrisa tímida pero franca; lo primero que salta a la vista es el detalle del tatuaje en el brazo. César Anaya, director editorial de la revista Rock Stage, no es el “heavy” que yo esperaba, más bien tiene toda la facha de lo que se conoce como “una buena persona”.
Lo saludo, me saluda. Nos apañamos una mesa en la sección de comida rápida de Plaza Insurgentes. Comenzamos a conversar… que por qué ese tema, que si los rockers a veces se ponen divos, que él comenzó a trabajar antes de salir de la escuela, que cuando era reportero… Escucho con atención y sonrío de vez en cuando con sus ocurrencias.
Después de unos cuarenta minutos ambos sabemos que ya es hora de comenzar la entrevista: “Bueno, Penélope, pues a lo que venimos…”. Saco la grabadora, coloco las baterías, inserto la cinta y me cercioro de que corra bien: “4 de abril, entrevista con César Anaya Jiménez…”. No hay formalidades, es como si continuáramos con nuestra conversación, todo va bien.
César es de esas personas que miran a la cara de su interlocutor mientras hablan. De vez en cuando se quita los lentes y juega con ellos, al tiempo que parpadea con cierta fuerza, como queriendo descansar la vista. “Un ojo al gato y otro al garabato”… sostengo la grabadora, observo los gestos que acompañan sus respuestas e intento no perder la secuencia de preguntas establecida en la libreta.
En la mesa de junto festejan algo, se oyen aplausos. La entrevista termina y podemos seguir platicando de otros asuntos. César me cuenta de su afición por los discos y de la versatilidad que acompaña su gusto por la música. También habla de sus compañeros periodistas, quienes de vez en cuando, para “apantallar” mujeres, mencionan bandas de “alternativo” que ni siquiera existen.
Cuando menos nos damos cuenta ya estamos hablando de asuntos tan triviales como nuestras formas de “ligar” y lo incompetentes que nos volvemos para esos menesteres en el ambiente de los “antros”. Imagino mi rostro: sonrisota de oreja a oreja, completamente idiotizada… Por un momento creo que el amor de mi vida tal vez sea un periodista, un periodista que ame la música tanto como yo.
Vuelvo al mundo real, es hora de despedirnos. No sé si volveré a verlo, pero en un par de horas César Anaya se robó mi corazón. No importa, tengo una cinta grabada con valiosa información y la sensación de que, en cualquier momento, puedo volver a enamorarme…
*** ¡Cursi, cursi, cursi!... Por hoy me doy el lujo de rayar en la ridiculez
Todo mi corazón
Yuri
Dime, ¿quién eres?
¿Cómo apareciste?
Qué buena mi suerte
Eres diferente a los demás
He estado esperándote en el sol
Quizás ni comprendas cómo soy
Pero tenlo por seguro que no voy a fallar
Porque tengo el corazón que va a estallar
Todo mi corazón
Todo mi corazón es para ti
No me preguntes más
Yo soy así
Todo mi corazón
Ya no hay más nada que decir
Dime si sientes
Cuánto te he querido
No puedo perderte
Eres mi refugio hasta el final
He estado soñando con tu amor
Sin ti ya no hay vida
Ya no hay razón…
Pero tenlo por seguro que no voy a fallar
Porque tengo el corazón que va a estallar
Todo mi corazón
Todo mi corazón es para ti
No me preguntes más
Yo soy así
Todo mi corazón
Ya no hay más nada que decir…
¿Será o no será? Ahí está, semblante apacible con ojos expresivos que se asoman detrás de las gafas de aumento, con sonrisa tímida pero franca; lo primero que salta a la vista es el detalle del tatuaje en el brazo. César Anaya, director editorial de la revista Rock Stage, no es el “heavy” que yo esperaba, más bien tiene toda la facha de lo que se conoce como “una buena persona”.
Lo saludo, me saluda. Nos apañamos una mesa en la sección de comida rápida de Plaza Insurgentes. Comenzamos a conversar… que por qué ese tema, que si los rockers a veces se ponen divos, que él comenzó a trabajar antes de salir de la escuela, que cuando era reportero… Escucho con atención y sonrío de vez en cuando con sus ocurrencias.
Después de unos cuarenta minutos ambos sabemos que ya es hora de comenzar la entrevista: “Bueno, Penélope, pues a lo que venimos…”. Saco la grabadora, coloco las baterías, inserto la cinta y me cercioro de que corra bien: “4 de abril, entrevista con César Anaya Jiménez…”. No hay formalidades, es como si continuáramos con nuestra conversación, todo va bien.
César es de esas personas que miran a la cara de su interlocutor mientras hablan. De vez en cuando se quita los lentes y juega con ellos, al tiempo que parpadea con cierta fuerza, como queriendo descansar la vista. “Un ojo al gato y otro al garabato”… sostengo la grabadora, observo los gestos que acompañan sus respuestas e intento no perder la secuencia de preguntas establecida en la libreta.
En la mesa de junto festejan algo, se oyen aplausos. La entrevista termina y podemos seguir platicando de otros asuntos. César me cuenta de su afición por los discos y de la versatilidad que acompaña su gusto por la música. También habla de sus compañeros periodistas, quienes de vez en cuando, para “apantallar” mujeres, mencionan bandas de “alternativo” que ni siquiera existen.
Cuando menos nos damos cuenta ya estamos hablando de asuntos tan triviales como nuestras formas de “ligar” y lo incompetentes que nos volvemos para esos menesteres en el ambiente de los “antros”. Imagino mi rostro: sonrisota de oreja a oreja, completamente idiotizada… Por un momento creo que el amor de mi vida tal vez sea un periodista, un periodista que ame la música tanto como yo.
Vuelvo al mundo real, es hora de despedirnos. No sé si volveré a verlo, pero en un par de horas César Anaya se robó mi corazón. No importa, tengo una cinta grabada con valiosa información y la sensación de que, en cualquier momento, puedo volver a enamorarme…
*** ¡Cursi, cursi, cursi!... Por hoy me doy el lujo de rayar en la ridiculez
Todo mi corazón
Yuri
Dime, ¿quién eres?
¿Cómo apareciste?
Qué buena mi suerte
Eres diferente a los demás
He estado esperándote en el sol
Quizás ni comprendas cómo soy
Pero tenlo por seguro que no voy a fallar
Porque tengo el corazón que va a estallar
Todo mi corazón
Todo mi corazón es para ti
No me preguntes más
Yo soy así
Todo mi corazón
Ya no hay más nada que decir
Dime si sientes
Cuánto te he querido
No puedo perderte
Eres mi refugio hasta el final
He estado soñando con tu amor
Sin ti ya no hay vida
Ya no hay razón…
Pero tenlo por seguro que no voy a fallar
Porque tengo el corazón que va a estallar
Todo mi corazón
Todo mi corazón es para ti
No me preguntes más
Yo soy así
Todo mi corazón
Ya no hay más nada que decir…
18 comentarios:
Tenés razón, es súper cursi. Pero te quiero y te entiendo, yo hace poco sufrí un enamoramiento fugaz, a pesar de ya estar medio enamorada-olvidada, pero creéme que desaparece en cuanto conoces mejor a las personas, y más si son mayores que uno.
Pero es primavera, eso lo justifica todo. Con dicirte que hace un par de años a Bere y a Itzel se les hizo rete guapetón el Judas de iztapalapa!!!
Abrazo.
11:41 PM
qué bueno saber que hay gente tan sensible... yo, por el contrario, estoy desenamorándome... :(
Un abrazo
***
Seguro escribiste con fiebre.
Pues me da gusto que gastes tus ansias enamoraditizas en un hombre así. Enamórese, Penélope, que para eso tiene corazón.
De paso pídele chamaba.
Ahora, organiza una sesión espiritísta y entrevista a Rockdrigo.
¡Viva la primavera!
¿Verdad China?
Un Hobbit llamado Frodo.
Ahhh, me gustó tu post.
Sí, enamorate, cree en el amor!!! jejeje.
Además es primavera... pinche primavera, de qué me sirve? sea primavera, verano, otoño o invierno, yo sigo enamorada del mismo wey.
Sólo puedo decir que me sacaste una sonrisa de foto.
Kiubole
Pues ke bueno que pueda enamorarse... yo todavía no... esos enamoramientos fugazes son bonitos... pero a veces nunca los vuelves a ver... espero que usted sí mi querida china...
para esas ocasiones: "You're Beautiful" de James Blunt... sta llegadora
Saludos!
¿Por qué yo te tengo linkeada y tú a mí no? ¿Qué, así nos llevamos?
Cha...
Si, tu enamórate, siempre el amor es un excelente pretexto para embriagarse... Pero bueno, yo me enamoro unas 2 veces al mes, es divertido!!!!! Besos.
Que chido!!! Suena como que todo un lindo... Ay que bello es enamorarse así!!!!!
R-Á-Y-A-L-A!!
ohh superfurry merece un aplauso!!
B-R-A-V-O
Sí!
Yo no me enamoraré así de rápido. yo ando mas vien el estilo de amor de la que nunca habla, siempre con la misma.
Genial tu post.
Ahhh la Primavera. Ese chico suena todo el prototipo de hombre perfecto para tí. Búcalo, búscalo y se coqueta.
Verdaaa, que es retebonito enamorarse????
yo estoy amargada por que quiero enamorarme en primavera cuando las flores son bellas.. pero nada!!! por qué pen!!!
¿por qué no me encuentro a alguien en una entrevista?..mmm tal vez por que soy psicóloga!! y no me puedo enamorar en mis entrevistas con mis pacientes! que mal!!!!
Yo quiero enamorme de un hombre así...!!!! Si lo atrapas no lo dejes ir. Y me late que le gustan las chikitas jejejeje investigalo!!!!!
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