martes, marzo 8

Adolescencia

El día de hoy tengo dos opciones: Cortarme las venas mientras escucho Sólo quédate en silencio de los weyes esos de Rebelde (por cierto, Lenny Kravitz tuvo la desvergüenza de salir en esa novelucha --Les digo que ya no hay respeto--) o bien escribir sobre algo que me venga en gana. Hoy prefiero la segunda opción.

En este momento escucho una rola de Thermo, se llama Dieciséis y trata acerca de un chavito que se suicida porque está harto de todo. ¡Vaya! Hasta que escucho una temática diferente a la de siempre, con contenido que mueve, que hace pensar...

La religión católica reprueba el suicidio, mientras que la mayoría de la sociedad lo califica como un acto de cobardía, sin embargo, ¿el "mundo adulto" alguna vez se ha puesto a pensar en qué es lo que le ofrece a los jóvenes? No es fácil enfrentar un legado de crisis económica, anomia social y périda de valores... no es fácil...

De ninguna forma apruebo el suicidio, mucho menos defiendo un tipo de decisión como esta. Más bien me refiero a que es importante tomar en cuenta a los jóvenes, pero sobre todo a los adolescentes. A los dieciséis años el mundo se viene abajo con una inmensa facilidad; basta con que tus padres te digan que no sirves para nada, basta con que el profesor de mate atormente tu existencia, o con que el tipo o la tipa de tus sueños te haga un desaire.

Qué distinto sería si a esa edad te tomaran más en serio, si te mostraran todo lo que eres capaz de hacer, hasta dónde puedes llegar... Sería distinto si en lugar de señalarte te dieran la oportunidad de integrarte, si te hicieran consciente de las reglas del juego y dejaran de tratarte como niño o, en el peor de los casos, como lastre.

En fin... qué diera yo porque lo del suicidio de un chavito se quedara tan sólo en una canción...

Dieciséis

Solía reír si estabas tú
solía jugar y pensar
que era mi lugar
Y estar aquí, sin ti
duele mucho más
si no hay razón en mí, sin ti
(***)
A los diciséis
el hijo más joven salía a trabajar
sin poder hablar
con nadie del mundo que tanto llegó a odiar
(***)
La noche oculta el sol
igual como ayer
la falta de ilusión
y tantos días
sin tener
alguien en quien confiar
un día gris
es el final
(***)
Ya sin respirar
su cuerpo descansa
en la alcoba que fue su hogar
su padre gritó
su nombre
a Dios
(***)
En vano trató
de despertar
al hijo que vio crecer
y reír
Al hijo que vio crecer
(***)
Ya el padre tomó su decisión
y ahora está con él
la sangre en su cuerpo
y ahora está con él

miércoles, marzo 2

Calma, Calma!!!

Bueno, pues ya terminé mi tarea de Taller de Diseño Editorial... Qué buen equipo hacemos Gade, Norma, Natis, Alina y yo, ya sabrán... que dividimos el libro... que pásame tu parte... que te paso la mía... eso es todo!!!, así se hace la tarea!!! Dios, bendice a la Internet, al correo electrónico y al mensajero instantáneo.

Ya tengo asesora de tesis!!! va a ser Lucía, me rayé, jajaja. Mi alma ya descansa un poco más, aunque más bien quisiera que mi cuerpecito fuera el que descansara, esta semana se me ha hecho medio ruda, lo bueno es que ya es miércoles, ahí la llevo.

No había escrito porque ya no había navegado por la Internet. De hecho, la semana pasada armé mi drama debido a que alguien me aplicó la dolorosa en el corazón, cosas que pasan... lo bueno es que yo soy de recuperación rápida; para mí, del interés al no me acuerdo sólo hay un paso.

Y como ahora estoy de muy buen humor y ya me conseguí un prospecto nuevo para mi interminable lista, pues ahí les dejo una rolita (Sueños) que Diego Torres canta junto con Julieta Venegas, no es precisamente mi estilo, pero me pone de buenas.

"Soy como el agua del río
Y por el camino me dejo llevar
Porque aprendí que la vida
Por todo lo malo algo bueno te da
***
Quiero que me mires a los ojos
Que no preguntes nada más
Quiero que esta noche sueltes toda esa alegría
Que ya no puedes guardar
***
Deja que tus sueños sean olas que se van
Libres como el viento en mitad del mar
Creo que la vida es un tesoro sinigual
De los buenos tiempos siempre quiero más..."